AGRESIÓN
IMPERIALISTA YANQUI EN SIRIA
En
el mundo actual, la principal contradicción es la contradicción
entre el imperialismo y las naciones oprimidas. Además de la que
existe entre el proletariado y la burguesía, está la contradicción
entre las superpotencias y potencias imperialistas por definir la
hegemonía en el mundo. Partimos de esto para comprender la situación
de Siria, como parte del Medio Oriente Ampliado y como parte de las
naciones oprimidas del mundo.
Los imperialistas se muestran los dientes
Trump
se encuentra envalentonado como el matón del barrio. Bajo la excusa
de que Siria tiene armas químicas, ha arrastrado a Gran Bretaña y
Francia en su decisión de bombardear Siria, golpeando la mesa de la
OTAN. Tal como lo hiciera antes Bush, con la excusa de las armas de
destrucción masiva, quien golpeó la mesa de la ONU invadiendo Irak.
Trump,
por una parte, envalentonado, y por otra parte, para evitar una mayor
conflagración con Rusia, anunció el ataque con misiles a
Siria.Según la propia prensa rusa (RT) las baterías antiaéreas en
Siria solamente lograron interceptar 71 misiles de un total de 103,
sin que aún se conozca el número real de muertos. Pero la prensa
alemana habla de un ataque con misiles que provocó explosiones,
incluso en la capital Damasco. Por lo que es probable que no se
llegue a conocer el número total de fallecidos por la razón de que
el imperialismo ruso anuncie una cantidad de víctimas menor a la
real para no aparecer como ineficientes o débiles frente al
imperialismo yanqui. En este punto habrá coincidencia con Trump, que
a pesar de haber lanzado un evidente ataque contra la
población civil, anunció que el bombardeo fue “quirúrgico” y que costó pocas vidas.
población civil, anunció que el bombardeo fue “quirúrgico” y que costó pocas vidas.
Hasta
el momento, Putin se ha quedado en simples amenazas a Trump sobre el
resultado que pudiese tener una invasión a Siria. Porque le interesa
mantener la colusión con el imperialismo yanqui y que este no entre
en pugna inmediata por el control de Irán, Ucrania o Corea del
Norte, pero, sobre todo, porque Putin se da cuenta que el bombardeo a
Siria es una forma en que el imperialismo yanqui le expresa que puede
llegar a bombardear la propia Rusia.
El carácter semicolonial de Siria
El carácter semicolonial de Siria
Siria
es parte de las naciones oprimidas, del tercer mundo. Es parte
del botín que las potencias y superpotencias imperialistas se
disputan como si fueran de su propiedad.
Actualmente,
con el gobierno de Al Assad, es semicolonia del imperialismo ruso,
que contiende con el imperialismo yanqui por el control del Medio
Oriente Ampliado. Si vemos el mapa, notaremos que Siria, estando más
cerca de Rusia que de Estados Unidos, se encuentra, sin embargo, en
una tenaza entre Turquía por el norte y Arabia Saudita por el sur,
ambos países semicoloniales del imperialismo yanqui, donde incluso
Turquía es una gran base de acantonamiento y desplazamiento de
tropas yanquis y de tropas mercenarias de sus semicolonias.
Hoy, el imperialismo yanqui ha lanzado una nueva ofensiva por hacerse del control total de Medio Oriente Ampliado, lo que significa arrancarle al imperialismo ruso las semicolonias bajo su control. Donald Trump sabe que esto podría traer el costo de que sus tropas choquen con militares rusos y con la población local que se defienda del ataque. Contrario a lo que dice la prensa, a Trump le preocupa menos el choque con los imperialistas rusos que desatar una guerra de liberación nacional antiimperialista.
Hoy, el imperialismo yanqui ha lanzado una nueva ofensiva por hacerse del control total de Medio Oriente Ampliado, lo que significa arrancarle al imperialismo ruso las semicolonias bajo su control. Donald Trump sabe que esto podría traer el costo de que sus tropas choquen con militares rusos y con la población local que se defienda del ataque. Contrario a lo que dice la prensa, a Trump le preocupa menos el choque con los imperialistas rusos que desatar una guerra de liberación nacional antiimperialista.
Trump
sabe que, en última instancia, se puede llegar a un acuerdo con los
imperialistas rusos, repartirse el país y evitar entrar a un
conflicto mayor, tal como ocurrió en Ucrania. Pero desatar la
resistencia armada de la población local, puede terminar en guerra
de liberación nacional, tal como ha ocurrido con las invasiones a
Irak y Afganistán, que han resultado desastrosas para el
imperialismo yanqui.
No
hay imperialistas buenos. El
oportunismo disfrazado de revolucionario se opone a que sea el
pueblo sirio el que conquiste su liberación, porque le temen a la
lucha revolucionaria y se oponen a ella. Para los oportunistas
resulta más cómodo esperar a que “Rusia intervenga” y ponga a
los imperialistas yanquis en su lugar. En resumen, siembran
capitulación y buscan que el pueblo se ponga bajo el bastón de
mando imperialista.
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Para convencernos, los oportunistas presentan al imperialismo ruso como si fuera un imperialismo bueno y a Putin como si fuera un revolucionario. Pero veamos de donde viene Putin: del servicio de inteligencia que se crea en Rusia después del golpe de Estado capitalista que desbarató toda la construcción socialista desde 1956. Desde esa fecha que la URSS se vio desarticulada, Rusia comenzó a desenvolverse como superpotencia imperialista y para ello comenzó a oprimir a todos los demás países que fueron parte de la URSS: los desindustrializó, los empobreció y los transformó en sus semicolonias.
Frente al imperialismo yanqui, el imperialismo ruso es más débil, lo que no significa que sea el “menos malo”. En política, seguir la teoría del mal menor, ha llevado a los pueblos a sufrir los peores males.
Única solución, revolución
Las contradicciones a nivel internacional se agudizan. Las potencias imperialistas pugnan entre sí y los pueblos del mundo no están dispuestos a ser tratados como el botín de guerra.
En Medio
Oriente Ampliado la situación es particularmente álgida. Las
luchas de liberación nacional, en la medida en que vayan asumiendo
una línea antiimperialista, se transformarán en guerras populares.
Esto depende del papel que cumplan los comunistas verdaderos, tal
como, por ejemplo, viene sucediendo en Afganistán.
Los
imperialistas, con su propaganda barata de que van a Medio Oriente
Ampliado llevando la civilización a los pueblos bárbaros, vienen
sembrando mentiras sobre la resistencia islamista, pues los tilda de
“salvajes”, “inhumanos”, etc. y presenta como “alternativa”
a la dirección del PKK del Kurdistán, como “guerrilla
buena”.
Por ello, la liberación de Siria depende de su propio pueblo y no de ponerse bajo bastón de mando imperialista. Aunque hoy los gobiernos genocidas puedan hacer llover bombas, no hacen más que alimentar el repudio que esto produce entre las amplias masas con espíritu democrático. De allí la necesidad de comprender el carácter podrido del imperialismo, para que los pueblos del mundo unan sus puños contra él.
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