Cientos de personas se quedaron al final de la manifestación en la Puerta del Sol coreando lemas del 15-M
como “lo llaman democracia y no lo es”. En esos instantes algunos
manifestantes han encendido unas bengalas y, según la Delegación, han
comenzado a tirar botellas y otros objetos a los agentes, que han
cargado vaciando la plaza en segundos.
La tensión se ha trasladado a la zona de Preciados y Callao, donde jóvenes encapuchados han incendiado cinco pequeñas barricadas y un par de contenedores. Varios testigos critican que los policías han cargado de forma indiscriminada en varias ocasiones. Al mismo tiempo, un grupo de “antisistema”, según la Delegación, ha intentado acercarse a la zona del Congreso, de especial protección, y también se han registrado cargas. Igualmente, ha habido tensión entre agentes y manifestantes en la plaza de Tirso de Molina.
“He salido del teatro y me he encontrado a la Policía pegando a gente indefensa”, ha manifestado indignado Pedro Moraelde, director de una obra que se representa estos días en el Teatro Arlequín, al lado de la plaza del Callao. Asegura que ha visto a una chica de unos 15 años a la que estaba atendiendo el Samur “a la que le han roto un brazo” y ha tenido que proteger a otra, “a por la que venían, sin motivo”.
Tras dejar casi vacío el kilómetro cero, los agentes se han desplazado hacia Callao por Preciados, donde ardían varias barricadas, que han apagado con los extintores de las tiendas cercanas hasta que han llegado los bomberos. Los agentes han dispersado a la gente a porrazos, golpeando en ocasiones a viandantes que solo pasaban por la zona o permanecían a la espera de ver qué ocurría.
“He visto cómo los policías pegaban a un señor que iba en silla de ruedas y la gente intentaba protegerle”, ha explicado Dorothy Van Dyne, una estadounidense de 25 años que se aloja en un hostal de la zona. En las primeras cargas de Sol, aparte de los manifestantes había muchos transeúntes en la zona, entre ellos familias y extranjeros. “Levanta las manos y di que eres turista”, recomendaba un joven a una chica que ha comenzado a llorar por el nerviosismo cuando la gente huía de la Policía. “No me sorprende que carguen, es lo que suelen hacer para disolver las manifestaciones, lo que sí me llama la atención es que lo hayan hecho tan temprano”, comentaba un joven informático asturiano, enfundado en su bandera autonómica, que no ha querido dar su nombre.
Para Isaac González, informático madrileño, simplemente “ha llegado la hora de que cargaran”. González ha acudido con una camiseta de diseño similar al de la Selección de fútbol, pero con los colores de la bandera republicana, y asegura que “tras un intercambio de miradas” con algunos agentes, la Policía le ha pedido que se identificara en la Puerta del Sol y le ha advertido que irían a por él en las cargas. “Luego me he librado, pero han intentado acorralarnos entre Callao y Sol”.
La marcha previa: apoyo a los mineros y rabia por los recortes
La marcha, encabezada por cuatro mineros con sus cascos, comenzó a las 19.30 de la tarde. La formaban 5.000 manifestantes, según la Delegación del Gobierno, cifra que los convocantes elevan a 15.000. Protestaban también contra los recortes, con una indignación acrecentada por las nuevas medidas anunciadas hoy por el Gobierno. La protesta ha discurrido desde Atocha hasta Sol, rodeada en todo momento por cientos de policías antidisturbios. Los convocantes, un grupo de colectivos independientes, han explicado que querían dar la oportunidad de solidarizarse con los trabajadores de la mina a quienes no han podido estar esta mañana y han criticado las cargas policiales que se han producido en la misma y que han dejado ocho detenidos y 76 heridos leves.
“Esto es una iniciativa de la plataforma Hay que pararles los pies,
en la que participan sindicatos como Co.bas y otras organizaciones,
como el PCPE o la Corriente Roja, pero también estuvimos anoche y esta
mañana con ellos”, explica Antonio Rodríguez, miembro de Co.bas, con la
voz que le queda tras desgañitarse durante casi tres horas con los lemas
de la marcha. Los ya clásicos referidos a los trabajadores de la mina,
como Madrid obrero apoya a los mineros –que podía leerse en la
pancarta de la cabecera-, se han fundido con otros en contra de los
recortes y llamando a la huelga general. “Si esto no se arregla, guerra,
guerra y guerra” y “si esto no se apaña, caña, caña, caña” han sido dos
de los más exitosos.
Segundo Menéndez, de 49 años y procedente de Cangas de Narcea (Asturias), ha sido uno de los mineros que han encabezado la protesta. “No he estado en la marcha negra, sino en las movilizaciones de Asturias, y ayer vinimos para sumarnos a las manifestaciones de aquí en Madrid. Mañana ya nos marchamos, porque los cuerpos están tocados”, comenta. Menéndez, sin embargo, se muestra preocupado por la complicada resolución del conflicto: “Creo que hay mucha rabia y la gente está esperando a que alguien dé el primer paso para hacer algo más”, advierte.
En la protesta se han visto varias banderas asturianas y de otras comunidades, así como muchas republicanas. En los carteles y pancartas, rechazo a los recortes y a los planes de rescate de los banqueros y no de los ciudadanos. También alguno crítico con la Policía –“sirvientes del amo”-, que ha recibido gritos en contra en numerosas ocasiones. De nuevo han vuelto a escucharse también lemas relacionados con la Selección Española de Fútbol, como esta sí que es nuestra selección o dinamita, oe, oe, oe, en sustitución de “campeones”.
Al final de la marcha, en Sol, dos trabajadores de Carabanchel han leído un comunicado de apoyo a los mineros y uno de ellos también se ha pronunciado para agradecer el apoyo recibido. El acto ha terminado con el himno minero en torno a las 21.45.
minera
que ha recorrido Madrid en menos de 24 horas ha derivado en
enfrentamientos con la policía. En torno a las diez de la noche, la
policía ha empezado a cargar contra algunos centenares de manifestantes
que se habían quedado en Sol al finalizar la marcha que comenzó a las
siete y media de la tarde en Atocha y ha terminado en torno a las diez
menos cuarto.La tensión se ha trasladado a la zona de Preciados y Callao, donde jóvenes encapuchados han incendiado cinco pequeñas barricadas y un par de contenedores. Varios testigos critican que los policías han cargado de forma indiscriminada en varias ocasiones. Al mismo tiempo, un grupo de “antisistema”, según la Delegación, ha intentado acercarse a la zona del Congreso, de especial protección, y también se han registrado cargas. Igualmente, ha habido tensión entre agentes y manifestantes en la plaza de Tirso de Molina.
“He salido del teatro y me he encontrado a la Policía pegando a gente indefensa”, ha manifestado indignado Pedro Moraelde, director de una obra que se representa estos días en el Teatro Arlequín, al lado de la plaza del Callao. Asegura que ha visto a una chica de unos 15 años a la que estaba atendiendo el Samur “a la que le han roto un brazo” y ha tenido que proteger a otra, “a por la que venían, sin motivo”.
Tras dejar casi vacío el kilómetro cero, los agentes se han desplazado hacia Callao por Preciados, donde ardían varias barricadas, que han apagado con los extintores de las tiendas cercanas hasta que han llegado los bomberos. Los agentes han dispersado a la gente a porrazos, golpeando en ocasiones a viandantes que solo pasaban por la zona o permanecían a la espera de ver qué ocurría.
“He visto cómo los policías pegaban a un señor que iba en silla de ruedas y la gente intentaba protegerle”, ha explicado Dorothy Van Dyne, una estadounidense de 25 años que se aloja en un hostal de la zona. En las primeras cargas de Sol, aparte de los manifestantes había muchos transeúntes en la zona, entre ellos familias y extranjeros. “Levanta las manos y di que eres turista”, recomendaba un joven a una chica que ha comenzado a llorar por el nerviosismo cuando la gente huía de la Policía. “No me sorprende que carguen, es lo que suelen hacer para disolver las manifestaciones, lo que sí me llama la atención es que lo hayan hecho tan temprano”, comentaba un joven informático asturiano, enfundado en su bandera autonómica, que no ha querido dar su nombre.
Para Isaac González, informático madrileño, simplemente “ha llegado la hora de que cargaran”. González ha acudido con una camiseta de diseño similar al de la Selección de fútbol, pero con los colores de la bandera republicana, y asegura que “tras un intercambio de miradas” con algunos agentes, la Policía le ha pedido que se identificara en la Puerta del Sol y le ha advertido que irían a por él en las cargas. “Luego me he librado, pero han intentado acorralarnos entre Callao y Sol”.
La marcha previa: apoyo a los mineros y rabia por los recortes
La marcha, encabezada por cuatro mineros con sus cascos, comenzó a las 19.30 de la tarde. La formaban 5.000 manifestantes, según la Delegación del Gobierno, cifra que los convocantes elevan a 15.000. Protestaban también contra los recortes, con una indignación acrecentada por las nuevas medidas anunciadas hoy por el Gobierno. La protesta ha discurrido desde Atocha hasta Sol, rodeada en todo momento por cientos de policías antidisturbios. Los convocantes, un grupo de colectivos independientes, han explicado que querían dar la oportunidad de solidarizarse con los trabajadores de la mina a quienes no han podido estar esta mañana y han criticado las cargas policiales que se han producido en la misma y que han dejado ocho detenidos y 76 heridos leves.
La marcha previa a los disturbios, encabezada por mineros, reunió a unas 5.000 personas, según la Delegación
Segundo Menéndez, de 49 años y procedente de Cangas de Narcea (Asturias), ha sido uno de los mineros que han encabezado la protesta. “No he estado en la marcha negra, sino en las movilizaciones de Asturias, y ayer vinimos para sumarnos a las manifestaciones de aquí en Madrid. Mañana ya nos marchamos, porque los cuerpos están tocados”, comenta. Menéndez, sin embargo, se muestra preocupado por la complicada resolución del conflicto: “Creo que hay mucha rabia y la gente está esperando a que alguien dé el primer paso para hacer algo más”, advierte.
En la protesta se han visto varias banderas asturianas y de otras comunidades, así como muchas republicanas. En los carteles y pancartas, rechazo a los recortes y a los planes de rescate de los banqueros y no de los ciudadanos. También alguno crítico con la Policía –“sirvientes del amo”-, que ha recibido gritos en contra en numerosas ocasiones. De nuevo han vuelto a escucharse también lemas relacionados con la Selección Española de Fútbol, como esta sí que es nuestra selección o dinamita, oe, oe, oe, en sustitución de “campeones”.
Al final de la marcha, en Sol, dos trabajadores de Carabanchel han leído un comunicado de apoyo a los mineros y uno de ellos también se ha pronunciado para agradecer el apoyo recibido. El acto ha terminado con el himno minero en torno a las 21.45.
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