Primero
de Mayo rojo, revolucionario e internacionalista
"La
bandera de la Revolución de Octubre es invencible"
Mao Tse Tung
Este
año se cumple el centenario de la Revolución de Octubre.
Imperialistas, reaccionarios, reformistas y todo tipo de oportunistas
tratan de eliminar, ocultar, denigrar y mancillar este
acontecimiento, del mismo modo que hicieron el año pasado con el 50°
aniversario de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Y lo hacen
porque saben que el mensaje que llega de dichos acontecimientos a los
proletarios y las masas es cada vez más actual.
¡Para
liberarnos del imperialismo, del capitalismo, de la guerra, de la
explotación del proletariado y de la opresión
de los pueblos se necesita hacer la revolución proletaria! La clase
obrera debe arrancar el poder político a las clases dominantes, debe
establecer su poder, su estado, es decir, la dictadura del
proletariado, y construir el socialismo; debe desarrollar y continuar
la revolución en cada país y en todo el mundo para liberarse de
todas las cadenas del imperialismo y marchar hacia el comunismo a
nivel mundial.
El sistema
imperialista cada día que pasa demuestra ser lo que Lenin analizó y
describió en su gran obra,
El imperialismo fase superior del capitalismo:
un sistema podrido y caduco. El imperialismo y sus gobiernos, en
todas las latitudes, siguen atravesando una profunda crisis económica
y financiera, política y social, y descargan esta crisis sobre la
clase obrera y las masas en el interior de sus respectivos países, y
sobre las naciones y pueblos oprimidos en el exterior.
El
imperialismo es guerra económica, guerra de agresión, guerra de
conquista y robo para la repartición del mundo. El imperialismo es
reacción y fascismo. El imperialismo es el último estadio del
capitalismo y muestra cada día más la necesidad de derrocarlo.
¡Es
por eso que el mensaje de Lenin y de la Revolución de Octubre están
más vivos que nunca!
En
el país imperialista más fuerte, EEUU, la victoria de Trump es la
manifestación más palpable de la crisis del imperialismo yanqui y
su intento por salir de ésta, agudizando la guerra económica, la
dominación militar, el control de las áreas estratégicas
geopolíticas y la redefinición de las alianzas en los diversos
escenarios del mundo.
La
victoria de Trump muestra la barbarie de que está hecha la llamada
"democracia americana": un multimillonario fascista en el
poder, en guerra contra las masas pobres en el interior y contra los
pueblos oprimidos en el exterior.
La
victoria de Trump alimenta en todos los países imperialistas el
camino de la reacción y del moderno fascismo, el camino del estado
policiaco, de la militarización, del estado de emergencia y de la
guerra permanente en el interior contra los proletarios, contra los
derechos de las mujeres, contra los afroamericanos, contra los
inmigrantes, por medio de muros y expulsiones, contra los musulmanes,
contra cada idea progresiva en las escuelas, las universidades, los
medios de comunicación, la cultura, el arte.
La nueva fase
agresiva del imperialismo yanqui agudiza las contradicciones
interimperialistas, con el imperialismo ruso, superpotencia atómica,
con China, nueva potencia imperialista, y con los países de la
Europa imperialista, actualmente bajo la hegemonía alemana.
La
contienda global entre los países imperialistas por el reparto de
los mercados y la lucha por el control de los recursos energéticos
origina y alimenta guerras de agresión y guerras reaccionarias que
están sembrando en el mundo muerte, masacres y destrucción. Las
guerras imperialistas de agresión en todos los rincones del mundo
están provocando la gran ola migratoria. Son la barbarie de las
guerras imperialistas y el efecto bumerang de dichas guerras, incluso
en el corazón de las ciudadelas imperialistas, las que han
ensangrentado las calles de esos mismos países imperialistas.
Los
estados y los gobiernos de los patrones del mundo están llevando a
cabo en todos los países imperialistas una guerra interna contra el
proletariado y las masas, impulsados cada vez más por la crisis, la
opresión y la represión a luchar y rebelarse. En los países
oprimidos por el imperialismo, los proletarios y los pueblos
intensifican las luchas antiimperialistas y de liberación nacional,
así como las guerras populares. De la India a Filipinas, de Turquía
a Perú las guerras populares, guiadas por partidos
marxistas-leninistas-maoístas son el punto de referencia que hay que
adoptar para liberarse del imperialismo, de los regímenes
reaccionarios y para construir estados de Nueva Democracia en marcha
hacia el socialismo.
La
Guerra Popular en la India –que cumple su 50° aniversario desde la
Revuelta de Naxalbari, que inició este camino– lucha contra las
masacres, la Operación Green
Hunt,
la represión contra los maoístas, contra la población adivasi, los
intelectuales y estudiantes revolucionarios y demócratas, contra los
obreros, campesinos, mujeres en lucha, contra las minorías
nacionales, y demuestra cómo nada ni nadie puede detener la guerra
popular y la lucha de liberación del pueblo, y cómo nada ni nadie
puede detener el apoyo internacional a dicha causa.
La
Revolución de Octubre y el gran Lenin mostraron que no se puede
luchar y triunfar contra el imperialismo y sus estados sin luchar
contra el revisionismo y el oportunismo.
Las
condiciones objetivas son favorables para la revolución, que es la
tendencia principal en el mundo, pero no las condiciones subjetivas.
Todas las fuerzas de la socialdemocracia, de los ex partidos
'comunistas' que se han convertido en revisionistas y reformistas,
han perdido crédito entre las masas, muestran que son herramientas
inútiles para defender las condiciones de vida y de trabajo de las
masas y oponerse al imperialismo, a la guerra, al fascismo y al
estado policiaco. Junto con la crisis de estas fuerzas vemos la
emergencia de tendencias reaccionarias populistas y movimientos
fundamentalistas reaccionarios que dividen las masas para atarlas al
carro de este o ese imperialismo y, en última instancia, a las
fracciones más reaccionarias del imperialismo y de la burguesía y a
los regímenes sus lacayos.
Los
proletarios y las masas deben rechazar firmemente las ilusiones del
camino parlamentario y pacífico, que los desarman, y emprender con
firmeza el camino revolucionario. La guerra popular es la forma más
avanzada para hacer la revolución, por esto la debemos apoyar en
todos los países donde ya se desarrolla y prepararla en todos los
demás, aplicándola a las condiciones concretas de cada país.
Es necesario
construir partidos comunistas auténticos, que sean la vanguardia de
la clase obrera y núcleo dirigente de todo el pueblo. Los partidos
comunistas basados en la ciencia del marxismo-leninismo-maoísmo se
construyen en el fuego de la lucha de clases en estrecha relación
con las masas, en función del inicio y desarrollo de la guerra
popular aplicada a la realidad. Los partidos comunistas deben
construir el frente único de las masas explotadas de todos los
sectores oprimidos por el imperialismo y desarrollar la táctica
necesaria correspondiente a la forma que adopte el poder político y
militar. En los países imperialistas los partidos comunistas debe
integrar en sus filas a los nuevos proletarios migrantes,
desempeñando un papel de vanguardia en la lucha contra la
sobreexplotacion, la esclavitud y el racismo. Los partidos comunistas
deben reunir y organizar la rebelión de la juventud y la lucha de la
mujer como fuerza poderosa de la revolución. Deben combatir su
imperialismo como el principal enemigo del proletariado y de los
pueblos oprimidos, ponerse decididamente al lado de las masas de las
naciones atacadas. Hoy día en particular deben luchar contra la
agresión imperialista en Siria y las amenazas nucleares contra Corea
del Norte.
La
guerra imperialista y la dictadura reaccionaria de la burguesía
hacen necesario que los partidos se equipen para oponerse a la guerra
imperialista, para la guerra popular y para forjar su fuerza de
combate como núcleo del ejército rojo.
Las
guerras populares se enfrentan también a los peligros de las
negociaciones de paz, que, lejos de permitir a las guerras populares
adquirir fuerza y consolidarse con miras a la ofensiva estratégica,
apuntan a desviarlas, sofocarlas y dividirlas para llevarlas a la
rendición.
Internacionalismo
es
unidad entre el proletariado y los pueblos oprimidos del mundo contra
el enemigo común.
Internacionalismo
es,
como dijo Lenin, "trabajar
de todo corazón para el desarrollo del movimiento revolucionario y
la lucha revolucionaria en su propio país y apoyar (con propaganda,
simpatía y ayuda material) esta lucha. Ésta y sólo ésta es la
línea en todos los países sin excepción".
Internacionalismo
es
la construcción de una nueva organización internacional que
resolviendo los problemas de los comunistas de hoy sea capaz de
avanzar hacia el desarrollo de una línea general y una Internacional
Comunista.
¡Viva
el centenario de la Gran Revolucione de Octubre!
¡Muerte
al imperialismo! ¡Adelante con la guerra popular prolongada en todo
el mundo!
¡Viva
la lucha de los proletarios y pueblos oprimidos del mundo!
¡Viva
el internacionalismo proletario!
¡Para
un futuro rojo y socialista, en marcha hacia el comunismo!
Nessun commento:
Posta un commento