PARTIDO COMUNISTA DE LA INDIA (MAOÍSTA)
COMITÉ ESPECIAL DE ZONA DE DANDAKARANYA-OFICINA DE PROPAGANDA
COMITÉ ESPECIAL DE ZONA DE DANDAKARANYA-OFICINA DE PROPAGANDA
[El Comité Central de nuestro Partido hizo un llamamiento para organizar
una semana de protestas del 5 al 11 de octubre de 2016. Con tal motivo,
nuestra oficina de propaganda ha hecho público este folleto. En él se
denuncian las acciones cada vez más violentas de las fuerzas armadas del
Estado central y de los estados federales durante el último año.]
¡ORGANICEMOS ENÉRGICAS PROTESTAS CONTRA LAS MASACRES QUE SE SUCEDEN
EN DANDAKARANYA POR CUENTA DE LAS OPERACIONES GREEN HUNT Y MISIÓN-2016! ¡ALCEMOS NUESTRAS VOCES CONTRA EL PROYECTO DE ATAQUES AÉREOS EN BASTAR! ¡APOYEMOS LOS GOBIERNOS POPULARES REVOLUCIONARIOS QUE ESTÁN DESARROLLANDO UN AUTÉNTICO MODELO DE DESARROLLO POPULAR!
EN DANDAKARANYA POR CUENTA DE LAS OPERACIONES GREEN HUNT Y MISIÓN-2016! ¡ALCEMOS NUESTRAS VOCES CONTRA EL PROYECTO DE ATAQUES AÉREOS EN BASTAR! ¡APOYEMOS LOS GOBIERNOS POPULARES REVOLUCIONARIOS QUE ESTÁN DESARROLLANDO UN AUTÉNTICO MODELO DE DESARROLLO POPULAR!
Dandakaranya arde bajo las llamas de la feroz represión desencadenada
por los gobiernos central y federales. La campaña fascista Misión-2016,
junto con la Operación Green Hunt, está provocando una auténtica masacre
con sus mortíferos ataques en la jungla, los campos de labor, ríos,
colinas y caminos. La vida de los indígenas adivasis y no adivasis del
pueblo de Dandakaranya se ha visto privada de paz durante el día y del
sueño por las noches. No pasa un solo día sin que se oiga el sonido de
las botas de los militares del gobierno. En vez de las canciones Rela[1]
y del rítmico tañido de los tambores, ahora se escucha el sonido de los
disparos y de la explosión de las minas. Los enfrentamientos, pero
sobre todo los montajes de supuestos enfrentamientos, se han convertido
en moneda corriente no sólo en las aldeas sino también en calles, casas y
portales. Se ha prohibido a los moradores de la jungla entrar en ella.
El Estado considera que la garrota, el arco y las flechas, el hacha y
otras armas tradicionales, incluso un simple bastón, son armamento de
guerra. A quienes se descubre portando esas “armas”, se les encarcela en
aplicación de la Ley de Armas. Cada dos o tres kilómetros, sobre todo
en las zonas donde están proyectadas la construcción de grandes plantas
industriales, explotaciones mineras o presas, y como medidas de
seguridad adicionales sobre el terreno, se están creando cuarteles de
fuerzas paramilitares o comisarías de policía. Por los bosques pululan
enjambres de policías. Los gobiernos de Modi, Ramansingh y Fadnavees han
desplegado unos 150 mil soldados en el territorio de Dandakaranya, que
atacan las aldeas a diario. Además de la policía estatal, de las fuerzas
especiales y de la fuerzas de comandos, integran también ese
contingente la Fuerza de Policía de la Reserva Central [CRPF, en sus
siglas en inglés], la Fuerza Central de Seguridad Industrial [CISF], la
Policía de Fronteras Indo-Tibetana [ITBP], las Fuerzas de Seguridad de
Fronteras [BSF] y otras fuerzas paramilitares. Decenas de vehículos
aéreos no tripulados [UAV, en sus siglas en inglés], fabricados en EEUU e
Israel, sobrevuelan de continuo las cabezas de las gentes de
Dandakaranya, de las fuerzas del Ejército Guerrillero de Liberación
Popular [PLGA] y de los militantes maoístas. So capa de supuestos
enfrentamientos, se suceden los asesinatos indiscriminados y las
matanzas. Helicópteros militares, como los MI-17 de los comandos Garud
de la Fuerzas Aéreas indias, recorren impacientes los cielos de
Dandakaranya a la espera de recibir órdenes para efectuar ataques
aéreos.
Los gobiernos central y federales no consideran otros intereses que no
sean los de las grandes empresas nacionales y extranjeras, sometidas a
los vaivenes de la crisis económica y financiera, y es por ello que en
sus agendas tienen carácter prioritario las políticas de liberalización,
privatización y globalización. “Hecho en la India”, “Hecho en
Chhattisgarh”, “India Digital” y otros lemas por el estilo salen de esa
agenda. Estos gobiernos, al asumir el modelo de desarrollo de las
grandes empresas, favorable a la explotación de tipo neocolonial,
pretenden entregar a TATA, Jindal, ESSAR, Necco Jaiswal Vedantha,
Mithal, Reliance y a otras muchas compañías nacionales y extranjeras
semejantes, las tierras, los bosques, los ríos y los recursos naturales
del subsuelo que pertenecen a los campesinos y a las comunidades
tribales del país. Con tal propósito han firmado numerosos Memoranda de
Entendimiento. Por ello, las clases dominantes desean a toda costa
liquidar los Janathana Sarkars [“gobiernos populares”], a sus
dirigentes, al PCI (Maoísta), que los dirige, al Ejército Guerrillero de
Liberación Popular y a todo el movimiento revolucionario de
Dandakaranya. Con la eliminación del movimiento revolucionario desean
acabar con las luchas militantes en contra de los desplazamientos.
Día tras día, la guerra multidimensional se va intensificando en interés de los imperialistas y de las grandes empresas y con su total colaboración y acuerdo.
En el curso de su visita de mayo de 2015, Modi anunció cuatro proyectos de explotación de los recursos naturales de Bastar con una inversión prevista de 25 mil millones de rupias. Junto al Ministro Principal Ramasingh, se reunió con representantes de las compañías multinacionales en Naya Raipur y dijo: “Hay grandes extensiones de jungla y gran cantidad de agua y de recursos minerales en Chhattisgarh. Proporcionaremos todos los servicios e infraestructuras básicos para la explotación de dichos recursos. Hay que apoyar la marca “Hecho en Chhattisgarh”. Nos libraremos del peligro maoísta en breve”. Se creó un grupo especial para la erradicación de las actividades maoístas en el Departamento de Seguridad Interior de la Oficina del Primer Ministro. Ajith Dobal, Consejero de Seguridad Nacional, K. Vijaykumar, Consejero Especial del Primer Ministro sobre actividades de los naxalitas, los Directores Generales de las fuerzas paramilitares, así como funcionarios de los servicios centrales de inteligencia, han efectuados frecuentes visitas a Raipur y Jagadalpur y han elaborado diversos planes para acabar con el movimiento revolucionario. Desde septiembre de 2015, Ajith Dobal, K. Vijaykumar y Durga Prasad, Director General de la CRPF, han visitado Raipur, Jagadalpur, Dantewada, Bijapur y Sukma, en Chhattisgarh, y Nagpur y Gadchiroli, en Maharashtra.
Tras la visita de Ajith Dobal la primera semana de octubre de 2015 y la
de Vijaykumar la segunda, se tomó la decisión, en una reunión en Raipur
de altos funcionarios de la Policía y de las Fuerzas Aéreas, de efectuar
ataques aéreos contra los maoístas. Inmediatamente después, las Fuerzas
de Operaciones Especiales de Chhattisgarh [STF], los Greyhounds de
Telangana, los Comandos COBRA y los Comandos Garud de las Fuerzas Aéreas
realizaron ejercicios conjuntos de tiro con tres helicópteros en la
zona de Karregutta, que se encuentra en la jurisdicción de la comisaría
de policía de Tallagudem, en el distrito de Bijapur, junto a la frontera
del estado de Telangana, por el lado del río Godavari. El entonces
Director General de Operaciones Antinaxalitas, Rk. Vij, anunció
ejercicios similares en Raipur. Altos oficiales de las Fuerzas Aéreas y
funcionarios de la Policía indicaron, sin embargo, que cuando sean
atacados por los maoístas, los Comando Garud responderán. Lo que
significa que en cualquier momento y en cualquier lugar se producirán
bombardeos. El hecho de que el 90% de los muertos por ataques aéreos de
EEUU y de sus amigos en Afganistán, Iraq y Siria sean civiles, pone de
manifiesto el riesgo que corre la población de Dandakaranya.
Tuvo lugar también una reunión de los Ministros Principales de los 10
estados afectados por las actividades maoístas. En ella se dio forma
definitiva a la nueva política elaborada para la aniquilación del
maoísmo. En la reunión nacional de los Directores Generales de la
Policía, presidida por Modi y celebrada la tercera semana de diciembre
en Baloj, en el estado de Gujarat, el principal punto en el orden de día
fue la liquidación del movimiento maoísta. Se adoptaron decisiones en
tal sentido. Se elaboró un plan reaccionario para acabar con el
movimiento revolucionario en Dandakaranya antes de finales de 2016 con
el nombre de “Misión-2016”.
En el marco de dicho plan se han incrementado las ejecuciones so capa de
supuestos enfrentamientos, los asesinatos de guerrilleros, los ataques
contra aldeas, las detenciones, la tortura, los encarcelamientos en
condiciones infrahumanas, las violaciones colectivas de mujeres, la
quema de casas, el pillaje, la destrucción de propiedades y cosechas,
los ataques contra los mercadillos semanales, la propaganda hostil
contra el movimiento revolucionario, los montajes de supuestas
rendiciones, las sanciones a periódicos y los ataques a demócratas y a
periodistas.
Viles asesinatos so pretexto de supuestos enfrentamientos
La aniquilación física de un ser humano es la forma más extrema de
violencia. Ese tipo de violencia se está llevando a cabo bajo la
apariencia de supuestos enfrentamientos. La mayoría de tales montajes
tiene por víctimas a personas corrientes, a activistas de las
organizaciones de masas, revolucionarios y personas que llevan una vida
normal después de haber abandonado el movimiento. Los secuestran
desarmados y los asesinan. Se trata de una práctica que se ha vuelto
habitual. El hecho de que se produzcan falsos enfrentamientos que
afectan a personas desarmadas no significa que, cuando se trata de
guerrilleros armados, sean enfrentamientos reales. La ley dice que la
policía debe usar sus armas sólo en defensa propia y que, de hacerlo,
debe disparar sólo por debajo de la cadera y en situaciones que no
podrían evitarse de otro modo. La policía dice siempre que sólo dispara
en defensa propia. Pero, en realidad, la policía, gracias a la
información de que dispone por vía de soplones y de las fuerzas
paramilitares, se adentra en la jungla furtivamente con el objetivo
concreto de ejecutar guerrilleros. A los guerrilleros se les dispara sin
previo aviso. Se bombardean los campamentos indiscriminadamente. A los
heridos se les secuestra, tortura inmisericordiamente y asesina. Las
mujeres son violadas y asesinadas. Todos los llamados “enfrentamientos”
son, sin duda, asesinatos policiales.
El 29 de julio de 2015, 400 policías y paramilitares atacaron la aldea
de Nehadi, en el sector de Darbha, y abrieron fuego indiscriminados
sobre los artistas de Chetana Natya Manch, que se encontraban preparando
las celebraciones del Día de los Mártires. En el curso del tiroteo
murió el artista Hemula Podiyal. Luego metieron a 19 miembros del grupo
en una casa y trataron de incendiarla. Los artistas lograron salir de la
casa y la policía los detuvo.
El 19 de septiembre de 2015, los maoístas desarmados Sonadhar y Lakshman
fueron secuestrados y asesinados junto al secretario comunal Muchaki
Ghasiram. Sonadhar y Lakshman, que trabajaban en el sector de Darbha, en
Dandakaranya, se dirigían en tareas revolucionarias a la aldea de
Bojaguda, en la frontera entre Chhattisgarh y Odissa. Dicha aldea está
bajo la jurisdicción de la comisaría de policía de Madhili, en el
distrito de Malkangiri. Un destacamento conjunto de los dos estados les
sorprendió y les infligió terribles torturas a la entrada de la aldea.
Colgaron sus cuerpos boca abajo, les asestaron decenas de bayonetazos,
les cortaron la lengua y las manos y los mataron.
El 21 de septiembre de 2015, la policía detuvo a Birusu Aathram, de la
aldea de Gattepalli, en la comarca de Etapalli, cerca de Perimili, en el
distrito de Gadchiroli, mientras se dirigía a su casa en motocicleta.
Le dispararon en una mano y luego se la vendaron. Le amenazaron con
represalias si decía algo, incluso a su mujer, y le metieron 10 mil
rupias en el bolsillo. Ese mismo día la policía hirió a otro campesino
en la comarca de Kurkeda, que ha quedado inválido.
El 26 de septiembre de 2015 fue asesinado un dirigente tribal, Pottavi
Mangu, de la aldea de Pumbad, en la zona de Ganguluru, en el distrito de
Bijapur. En un primer momento la policía atacó la aldea y abrió fuego
indiscriminadamente. Como resultado, murió un muchacho de 15 años
llamado Rukni. La policía depositó en cadáver en medio de un camino y se
emboscó. Cuando Mangu, presidente del Janathana Sarkar, fue a recuperar
el cuerpo, le detuvieron. La policía le infligió indecibles torturas.
Le dispararon a las manos, le cortaron la lengua y, finalmente, le
mataron.
En la primera semana de noviembre, el joven Doddi Arjun fue asesinado en la zona de Jegurugonda.
El 2 de noviembre de 2015, Bhaman, de la aldea de Koddeli, dependiente
de la comisaría de Orcha, en el distrito de Narayanpur, fue detenido por
policías mientras trabajaba en el campo. Le torturaron durante 15 días y
luego le asesinaron, a pesar de que han pretendido hacer pasar su
muerte por un suicidio.
En la aldea de Arlampalli, en la jurisdicción de la comisaría de
Dornapal, en el distrito de Sukma, los jóvenes Dudi Bheema, Vetti Lachu y
Sodi Mooya fueron asesinados el 3 de noviembre de 2015. Algunas gentes
se cruzaron con la policía mientras se dirigían al campo a trabajar.
Mooya vio cómo detenían a Bheema y a Lachu y les golpeaban. Intentó huir
pero la policía lo mató de un disparo por la espalda. A Bheema y Lachu,
testigos del crimen, les hicieron acarrear el cadáver. Más tarde,
también a ellos dos los mataron, en un intento de eliminar testigos. Los
parientes de Dudi Bheema, Dudi Hidime, Dudi Debe y Dude Jogi dan fe de
haber visto cómo los asesinaron inmisericordemente.
El 27 de noviembre de 2015, las fuerzas armadas gubernamentales atacaron
numerosas aldeas en la zona de Maad. En el curso de estas operaciones,
secuestraron a Motu en la aldea de Alveda y a Rengu, en Vedamametta, y
los mataron.
Sannaru Kachalam, de 38 años, de la aldea de Madamanar, dependiente de
la comisaría de Dhanora, en el distrito de Narayanpur, fue detenido en
su casa delante de su mujer y de sus tres hijos el 17 de diciembre de
2015. Al día siguiente le mataron cerca de la aldea de Kejjum, bajo
jurisdicción de la comisaría de Vayanar, en el distrito de Kondagaon. La
policía dijo que se había producido un enfrentamiento en el que resultó
muerto el comandante [guerrillero] del Comando Operativo Local de
Benuru, sobre quien pesaba una recompensa de 800 mil rupias.
Efectivamente, Sannaru era un lugareño de la aldea de Adewada, en el
distrito de Bijapur. Se unió al Comando y trabajó hasta 2007 como
comandante del Comando Operativo Local de Benuru. Posteriormente dejó el
movimiento y comenzó a llevar una vida normal como campesino. Al poco
tiempo se trasladó a la aldea de Madamanar donde, a petición de los
vecinos, ejercía funciones de sacerdote. La policía lo asesinó.
A Lakmu, un joven de la aldea de Koppem, adscrita a la comisaría de
Pakhnar, en el distrito de Bastar, y a Sinu, de la aldea de Badangpal,
les sacaron de sus casas el 25 de diciembre y los acribillaron en
Bondametta, bajo jurisdicción de la comisaría de Darbha.
El primer día del año 2016, la policía atacó el mercado semanal de
Kuthul, en la zona de Maad, en el distrito de Narayanpur. Dos
guerrilleros desarmados, Munna y Lakku, fueron detenidos y asesinados
ante la multitud. A Lakku, que trató de esconderse en un árbol, le
mataron a tiros allí mismo.
A Jaith Korram, de la aldea de Vedama, y a Boti Kasyap, de Kuduri, ambas
en el distrito de Kondagaon, los secuestró el Grupo de Reserva del
Distrito [DRG] en el mercado semanal de Kuduri. Al día siguiente
aparecieron muertos. La policía inventó la historia de que había dado
muerte a dos guerrilleros, al desbaratar una emboscada maoísta contra la
policía. Kalluri, Inspector General de la Policía de Bastar, declaró
que había recompensas de 500 mil y 300 mil rupias, respectivamente, por
la captura de ambos fallecidos.
El 11 de enero de 2016, la policía atacó la aldea de Sendra, en la frontera de Chhattisgarh con Maharashtra, y detuvo al joven Vinod. Todo el pueblo fue testigo de su asesinato.
El 15 de enero de 2016, todo el pueblo de la aldea de Jojod, en el
distrito de Bijapur, estaba trabajando en tareas de sostenimiento de
tierras, al hilo de la campaña lanzada por el movimiento revolucionario,
cuando fueron atacados. Oyam Munna, Majji Budhram, Madakam Pandu y la
niña de 14 años Oyam Tulasi murieron en el tiroteo indiscriminado. Otras
dos muchachas resultaron gravemente heridas en este incidente. Mientras
la familia de una de ellas la llevaba al médico, la policía la arrestó y
la encarceló. Los padres de la otra chica, Oyam Mothi, temiendo que
corriera la misma suerte, no la llevaron al hospital. Los médicos del
Ejército Guerrillero de Liberación Popular hicieron lo que pudieron,
pero en vano. Expiró el 9 de febrero. El número de fallecidos en este
incidente ascendió a 5.
El 18 de enero de 2016, una joven, Jareena, de la aldea de Thummirgunda,
en la zona de Kutru, distrito de Bijapur, fue detenida, torturada,
violada en grupo y asesinada un día más tarde. Kalluri anunció que una
comandante [guerrillera] había muerto en un enfrentamiento. Es verdad
que Jareena había formado parte de un pelotón guerrillero antiguamente.
Sin embargo, el Partido, por motivos que no vienen al caso, la había
enviado a su casa, donde llevaba una vida normal cuando la policía
cometió esta atrocidad.
El 27 de enero de 2016, la policía atacó la aldea de Lakhpalli,
dependiente de la comisaría de Kattekalyan, en el distrito de Dantewada.
Allí detuvo y asesinó a los miembros de las organizaciones de masas
Balsingh, Kanki y Maasa.
En el distrito de Sukma, en la zona bajo control de la comisaría de
Polempalli, fueron detenidas, violadas y asesinadas Vanjam Santhi y
Sariyam Pojje, de la aldea de Paalemadugu.
También en enero, Sodi Soval, de la aldea de Eekum, en la jurisdicción
de la comisaría de Basaguda del distrito de Bijapur, fue secuestrado y
asesinado. Igual suerte corrieron Madakam Raju y Madakam Maada, jóvenes
de las aldeas de Singaram e Ithampara, respectivamente, dependientes de
la comisaría de Gollapalli, en el distrito de Sukma.
El 31 de enero de 2016, Kunjami Linga, dirigente de la organización de
masas de la aldea de Chinthaguppa, fue detenido en su casa y asesinado
delante de todo el pueblo. Se informó de que en un enfrentamiento había
muerto un maoísta por cuya captura existía una recompensa de 800 mil
rupias.
El presidente del Janathana Sarkar de Singaram, Kursam Dharmanna, y uno
de sus miembros, Vatre Rajal, fueron detenidos en la aldea de
Vanjalvaaya, dependiente de la comisaría de Gollapalli, en el distrito
de Sukma. Fueron brutalmente torturados y asesinados.
El 5 de febrero de 2016, Adama Kasyap, campesino de la aldea de Tundera,
en la jurisdicción de la comisaría de Mardum, distrito de Bastar, fue
detenido en su casa y asesinado. Ya le habían detenido previamente bajo
la falsa acusación de haber participado en actividades maoístas. Había
estado encarcelado en Jagadalpur los últimos dos años y medio. Sólo
hacía una semana que se encontraba en libertad cuando la policía lo
mató. Soni Sodi denunció por escrito ante el Tribunal Superior este
falso enfrentamiento. De vuelta a su casa, la atacaron con ácido,
desfigurándole el rostro.
Las fuerzas conjuntas de Chhattisgarh y Maharashtra atacaron la aldea de
Kokkera, dependiente de la comisaría Parsegarh, en el distrito de
Bijapur, el 13 de febrero de 2016, abriendo fuego indiscriminado sobre
los aldeanos que se encontraban pescando en una charca. Resultaron
muertos Pallo Sukku, Podiyam Sukhram, Kumma Somal.
Baldev Korram era un joven de 25 años de la aldea de Kodenar, en el
distrito de Kondagaon. Estuvo en las filas del Ejército Guerrillero de
Liberación Popular durante cinco años y lo abandonó el 12 de febrero de
2016. El 17 de febrero, la policía lo detuvo en su propia casa. Los
miembros de su familia rogaron a los policías que “que no lo mataran,
que lo encarcelaran”, pero de nada sirvió. Al día siguiente lo
asesinaron. La policía informó de la muerte de un naxalita sobre quien
pesaba una recompensa de 500 mil rupias, en la aldea de Heeramandala, en
un enfrentamiento con maoístas.
Sudram era el presidente del Janathana Sarkar de Kuduru. Había nacido en
la aldea de Chahapadar, en el concejo de Kuduru, dependiente de la
comisaría de policía de Mardapal, en el distrito de Kondagaon. Le fueron
a buscar a su casa el 25 de marzo y le mataron al día siguiente. El
cuento fue el de siempre: se trataba de un maoísta sobre quien pesaba
una recompensa de 300 mil rupias.
El 22 de abril de 2016, a Baman, miembro del Ejército Guerrillero de
Liberación Popular, y Munnal, miembro de la milicia de la aldea de
Kummanthog, en la zona de Kangerghati, les dispararon sin previo aviso
mientras bebían de un pozo. Ambos resultaron muertos.
A Sodi Pandu, un campesino de apenas 15 años de la aldea de Kummanthog,
en la región del sur de Bastar, lo detuvo la policía el 23 de abril de
2016, le pusieron un uniforme de guerrillero y lo asesinaron cerca de su
aldea.
En la zona dependiente de la comisaría de policía de Kattekalyan, en el
distrito de Dantewada, se produjo un tiroteo indiscriminado el 7 de mayo
de 2016 cerca de la aldea de Marjum. Podiyam Vijja y Madakam Mangal,
miembros ambos de la milicia, murieron en este incidente.
El 10 de mayo de 2016, Podiyam Deva y Thathi Sukku, de la aldea de
Kannaiguda, en el distrito de Sukma, dependiente de la comisaría de
policía de Maraiguda, se encontraban recogiendo hojas de ébano cuando la
policía abrió fuego contra ello, matándolos a ambos. El hermano pequeño
de uno de ellos había sido miembro del Ejército Guerrillero de
Liberación Popular y se había rendido en 2014. Más tarde, empezó a
trabajar como adjunto de la policía. Dijo a los medios de comunicación
que su hermano mayor no era maoísta, que era un simple campesino, padre
de cinco hijos. Aseguró que la policía le había matado. ¿Quién prestó
atención a sus palabras?
Hapka Manor y Thathi Pande formaban una pareja que dejó el movimiento en
2013 y llevaba una vida normal. La policía los detuvo en la aldea de
Karnar, en el distrito de Bijapur, el 17 de mayo de 2016, y les sometió a
terribles torturas. A Pande la violaron en grupo. El 21 de mayo los
asesinaron, informándose de la muerte de dos maoístas en un
enfrentamiento entre las aldeas de Reddi y Jargoyiyaa, dependientes de
la comisaría de policía de Gangaluru, en el distrito de Bijapur.
Sukhram, militante de una organización de masas, de la aldea de Mudenar,
en la zona de Kattelkayan, en el distrito de Dantewada, fue detenido y
posteriormente asesinado el 23 de mayo de 2016.
El asesinato de Madakam Idime, de la aldea de Gompadu, ha sido
ampliamente difundido. Madakam Idime, una mujer adivasi normal y
corriente, fue secuestrada por la policía mientras molía arroz el 13 de
junio de 2016. La llevaron a la jungla, la violaron brutalmente y luego
la acribillaron. La ataviaron de guerrillera y la policía dijo,
posteriormente, que una maoísta había muerto en un enfrentamiento.
Gracias al esfuerzo de las gentes de la localidad y al denuedo de unos
cuantos activistas sociales y demócratas como Soni Sori, este incidente
ha trascendido.
Tres jóvenes de la aldea de Badesatti, dependiente de la comisaría de
policía de Gadiras, en el distrito de Sukma, fueron detenidos y
asesinados por la policía el 27 de junio de 2016.
La policía asesinó a un comandante de la milicia, Emula Seethu, de la
aldea de Palnar en el distrito de Bijapur, el 5 de julio de 2016.
Ukkas, Raju, Akshman y Suduru, militantes del Ejército Guerrillero de
Liberación Popular, fueron asesinados por la policía el 10 de julio de
2016 gracias a la complicidad de un traidor que les conocía y les había
citado en cierto lugar. La policía emboscó y mató a los cuatro
camaradas. Otros lograron huir.
El 15 de julio de 2016 fue asesinado Udde Budhram, campesino de la aldea
de Sunchikunta, dependiente de la comisaría de policía de Pasagarh, en
el distrito de Bijapur.
La policía rodeó la aldea de Gaganpalli, en la jurisdicción de la
comisaría de Kunta, perteneciente al distrito de Sukma, y dio muerte a
dos vecinos.
En la zona bajo jurisdicción de la comisaría de Palanpalli, en el mismo distrito, el 26 de julio de 2016 fue asesinado un aldeano.
El 12 de agosto, la policía difundió un nuevo montaje. Geetha Moonda,
Undam Sannu y Phagu acababan de dejar el movimiento revolucionario y se
dirigían a sus aldeas natales en Jharkhand. De camino, fueron abordados
por la policía y asesinados. Los familiares de Geetha fueron desde
Poosulakka, en el distrito de Bijapur, a recabar información de la
policía. Les enseñaron el cuerpo pero no se lo entregaron. La policía
era consciente de que si les entregaba el cadáver, podría destaparse que
fue un asesinato y no un enfrentamiento real, así como las torturas
policiales. El incidente de Madakam Idime aún coleaba en el recuerdo de
las gentes cuando mataron a Geetha.
Un tal Arjun, anciano de 70 años, vecino del pueblo de Chandmetta, en el
distrito de Jagadalpur, fue cruelmente asesinado el 16 de agosto de
2016. Para encubrir el crimen la policía informó de que se trataba de un
comandante de la milicia. Eesa Khandelwal, activista dedicada a prestar
asistencia legal, condenó duramente la actuación policial. Declaró que
Arjun había sido detenido hacía un año en un mercadillo y que tenía 30
años. Le habían puesto en libertad hacía poco tiempo y le mataron en un
falso enfrentamiento.
El 21 de agosto la policía detuvo a un joven en la zona boscosa de
Errabore, en la demarcación de Kunta, lo asesinaron y, más tarde,
anunciaron que había muerto en un enfrentamiento.
En la zona boscosa de Bejji, en el distrito de Sukma, fue asesinado el
24 de agosto en un falso enfrentamiento, a manos del ejército
gubernamental, el aldeano Ponem Podiya. Para encubrir su vil asesinato
pusieron un arma junto a su cadáver. Dijeron que era un maoísta buscado y
sobre el que pesaban múltiples acusaciones.
Incremento de los ataques contra nuestras fuerzas armadas
En la tercera fase de la Operación Green Hunt se ha producido un gran
incremento de los ataques contra las fuerzas guerrilleras. Las policías
de Chhattisgarh y Telangana atacaron conjuntamente la aldea de
Lankapalli, en el distrito de Bijapur, el 12 de junio de 2015. En el
curso de los combates alcanzaron el martirio los camaradas Madakam Deve,
Kuhdam Jogi y Vivek.
En la zona de Darbha, la policía asaltó el 29 de julio numerosas aldeas
con el propósito de impedir la celebración del Día de los Mártires. En
el tiroteo mataron a los camaradas Muchaki Nandal y Podiyami Ongal.
El 3 de septiembre de 2015 los camaradas Pramod Pottavi y Ranju Majji
alcanzaron el martirio en la jungla de Chimmirikal, en la zona de
Dhanora, distrito de Gadchiroli, en un ataque de los comandos C-60.
Conforme a la ley, los cuerpos de los fallecidos deben entregarse a sus
deudos. Sin embargo, en no pocas ocasiones se acosa a los adivasis de
Dandakaranya cuando van a recuperar los cuerpos de sus familiares y
amigos. Hay muchas familias que no pueden permitirse el lujo de gastar
miles de rupias para enterrar a sus seres queridos.
El 15 de septiembre, los greyhounds detuvieron en el bosque de Thadvai,
en el distrito de Warangal, en la frontera de Dandakaranya, a los
camaradas Shruthi y Vidyasagar. Les sometieron a torturas inimaginables y
luego los asesinaron. A la camarada Shruthi, además, la violaron.
El 7 de octubre, la policía atacó a un pelotón de la guerrilla cerca de
la aldea de Chandametta, en las montañas de Thulasi Dongri, en la zona
de Darbha. En el enfrentamiento resultó muerto el miembro del Ejército
Guerrillero de Liberación Popular Dudi Piso.
El 13 de noviembre de 2015, murieron los camaradas Rainu, Vachami Rainu,
Vachami Rukni, Madakam Junki y Emula Minulu en un ataque policial
contra un pelotón de la guerrilla cerca de la aldea de Tudem, de la
parte de Bhairamgarh. Rukni y Junki, que habían resultado heridos,
fueron torturados y asesinados.
Los camaradas Modakam Mookal y Jogi murieron en un ataque de la policía
contra un pelotón guerrillero en la aldea de Dabbakunta, en el distrito
de Sukma, el 19 de noviembre de 2015.
Un pelotón de la guerrilla se encontraba cerca de la aldea de
Nangalguda, en la zona de Darbha, el 22 de noviembre de 2015, cuando el
ejército lo atacó. En el enfrentamiento murieron los camaradas Raame,
Maase, Sanni y Pande. Algunas camaradas que resultaron heridas fueron
torturadas, violadas y asesinadas.
El 6 de enero de 2016, el camarada Kudiyam Kamala murió en un ataque de
la policía cerca de la aldea de Gottum, en la zona de Madded,
demarcación de Bastar occidental.
El 11 de enero de 2016, la policía atacó a una agrupación guerrillera en
la zona del parque nacional del distrito de Bijapur. Hemula Lachi fue
herido, detenido, brutalmente torturado y asesinado.
El 1 de marzo de 2016, cientos de policías atacaron a las fuerzas
guerrilleras cerca de la aldea de Bottem. En este ataque alcanzaron el
martirio los camaradas Gottimukkala Ramesh, Yusuf Bi, Kiske Kamulu,
Naroti Sanko, Srajana, Dhansari Saarakka, Kunjam Rame, Pdam Raju y Deve.
Algunos de ellos cayeron vivos en manos de la policía, que los torturó
salvajemente y asesinó.
El 20 de marzo de 2016, los comandos C-60 llevaron a cabo un ataque
cerca de la aldea de Karka, en la demarcación de Etepalli, y mataron a
los camaradas Harathi Pudo y Nirmala Dumma. A Harathi, que resultó
gravemente herida, la capturaron y luego la asesinaron.
El 29 de marzo de 2016, 700 policías cercaron y atacaron a la guerrilla
en el bosque entre Thirka y Sulenga, en el distrito de Narayanpur. En el
curso del ataque murieron los camaradas Korram Sonaru, Gaando y Janaki
Halami. A ésta última la apresaron herida y luego la mataron.
El 19 de abril de 2016, comandos de las fuerzas gubernamentales abrieron
fuego indiscriminado sobre un pelotón guerrillero mientras nuestras
fuerzas discutían sobre los problemas del pueblo con las gentes de la
aldea de Kudukellu, en la circunscripción de Bhamragarh. En el tiroteo
la camarada jefe Saritha Kovasi resultó herida y detenida. Los brutales
comandos C-60 la mataron más tarde sin piedad.
Una miembro del Comité de Zona local, la camarada Rajitha Usendi, y otro
camarada, se encontraban refugiados en la casa de un campesino adivasi
en la aldea de Orrekassa, en la demarcación de Dhanora, el 9 de mayo de
2016. El propietario de la casa les traicionó y avisó a la policía, que
los rodeó en un gran despliegue y comenzó a acribillar la vivienda desde
vehículos blindados. La policía les conminó a rendirse pero los
camaradas se negaron. Finalmente, la policía incendió la casa en la que
los guerrilleros oponían una tenaz resistencia. A la camarada Rajitha la
quemaron viva y el otro camarada logró escapar.
El 19 de mayo de 2016, la policía tendió una emboscada a un pelotón de
la guerrilla en la zona de Anthagarh, en el distrito de Kanker. En ella
murió el camarada Manjula.
Los comandos C-60 acribillaron a un pelotón guerrillero en la zona
boscosa de la aldea de Veesamondi, en la comarca de Etapalli, el 29 de
junio de 2016. En el tiroteo resulto muerto el joven camarada Samayya.
El camarada Manila Madakam alcanzó el martirio en un tiroteo con la
policía en el bosque de Kohka, en la demarcación de Dhanora, el 28 de
julio de 2016, mientras los revolucionarios se encontraban en plenos
preparativos de la Semana en Memoria de los Mártires.
En un ataque de la policía el 17 de agosto en los alrededores de la
aldea de Dabbakunna, en la zona de Dantewada, cuatro camaradas
alcanzaron el martirio: el comandante Joga Podiyam, el vicecomandante
Maanu Kovasi, el médico Rambathi y otro camarada más.
Los policías no sólo violan a las guerrilleras cuando las consiguen
capturar vivas, sino que se dedican a ultrajar los cuerpos de nuestras
camaradas muertas, muestra de sadismo que, según parece, les procura
placer. El colmo de estas prácticas consiste en fotografiar y realizar
videos de los cuerpos desnudos de nuestras camaradas, que luego cuelgan
en Internet. Estos hechos repugnantes salieron a la luz cuando se
registraron los teléfonos de policías muertos en los ataques del
Ejército Guerrillero de Liberación Popular.
Innumerables muertes
Además de los asesinatos de personas desarmadas y de las matanzas de
miembros de la guerrilla que la policía pretende hacer pasar por
enfrentamientos, están también los casos de asesinatos sobre los que la
policía guarda silencio.
El 4 de enero de 2016, la policía atacó la aldea de Kunna y apaleó
indiscriminadamente a más de treinta personas, hombres y mujeres. Un
joven, Laalu Sodi, murió como consecuencia de los golpes.
En la zona de Ganguluru, en la frontera del distrito de Bijapur, las
fuerzas armadas gubernamentales atacaron los concejos de Pidiya, Doddi
Thuknar, Handry y Gampur entre los días 16 y el 20 de febrero de 2016.
Un niño inocente de apenas 8 años, Sodi Sannu, que se encontraba jugando
delante de su casa en la aldea de Harra, en el concejo de Pidiya, fue
tiroteado durante el ataque. La policía secuestró el cadáver del niño y
lo enterró en la jungla en un intento de encubrir su sevicia. Cuando las
mujeres fueron a reclamar el cuerpo, la policía les dijo: “No se
produjeron disparos. ¿De dónde vamos a sacar el cuerpo? Si seguís
insistiendo, os meteremos en la cárcel”. La prensa conocía el suceso,
pero no lo hizo público debido a la censura no declarada impuesta sobre
ella. En el mismo incidente, mataron a tiros a Kuhdam Gangal, que
trabajaba en la jungla, y dejaron tirado allí mismo su cuerpo. A los
cinco días los vecinos encontraron el cadáver.
El 11 de abril la policía disparó contra siete jóvenes que habían salido
de caza cerca de Kandkipara, en Badegudra, en el distrito de
Jagadalpur. En el tiroteo resultó herido el guarda Kartam Pandu. La
policía lo arrestó y con él a las otras seis personas, todos ellos
aterrorizados por el tiroteo. A Kartam Pandu le acusaron de ser miembro
de la 24ª sección [de la guerrilla] y de enfrentarse con armas a la
policía. Les culparon de la emboscada acaecida el 30 de marzo en
Mailawada. A Pandu lo hospitalizaron y a los otros seis los
encarcelaron. Supuestamente, Pandu se dio a la fuga del hospital. Otro
de los detenidos con Pandu se llama Kartam Ungal. Cuando se produjo su
arresto, su mujer, Oore, se encontraba en las últimas semanas de
gestación. Trató de ver a su marido. Los policías se lo impidieron,
golpeándola brutalmente con las culatas de sus fusiles, lo que afectó
gravemente a su salud. Pocos días después dio a luz a un niño. Deseosa
de que su marido lo conociera, se fue a la cárcel con el bebé. El mucho
tiempo que hubo de esperar, así como la mala alimentación deterioraron
su salud. Finalmente consiguió ver a su marido gracias a la intervención
de activistas de una organización de derechos humanos, pero murió poco
después. Éste es también un crimen de la policía.
La crueldad de la policía no terminó ahí. Los miembros de la familia de
Ungal presentaron un recurso ante los tribunales para que se le
permitiera participar en las exequias de su mujer. El tribunal falló a
su favor, lo que obligaba a la policía a llevarlo a Kandkipara. Antes de
llegar, sin embargo, lo devolvieron a la cárcel con el cuento de que
los maoístas habían tratado de liberarlo.
A su vez, la policía informó de que un miembro de la 24ª sección [de la
guerrilla] había resultado herido en un enfrentamiento en Kandkipara, en
Badegudra, el 11 de abril. El herido fue ingresado en el hospital de
Jagadalpur donde le extrajeron una bala de la pierna. Tras la operación,
el herido se esfumó. La policía dijo que se había dado a la fuga. ¿Cómo
puede fugarse una persona en situación de detención preventiva, recién
operado de un disparo en la pierna y que aún no puede andar? Es, sin
duda, otro montaje policial. Pandu, a quien la policía acusó de ser
miembro de un pelotón [de la guerrilla], era un guarda a quien le
gustaba cazar. Aquel día había salido de caza y estaba colocando
trampas. Le dispararon, dijeron que se había tratado de un
enfrentamiento y luego le hicieron desaparecer para encubrir el montaje.
Durante la segunda semana de junio, un chófer de la oficina de
recaudación de impuestos del distrito de Sukma fue asesinado. Sin mediar
investigación alguna, la policía culpó a los maoístas, que nada tienen
que ver con ello. Con toda seguridad, por la secuencia de los hechos, la
policía está implicada en este crimen.
Aumento de las atrocidades contra las mujeres
Las atrocidades cometidas por el Estado contra las mujeres forman parte
de las medidas represivas contra el movimiento revolucionario. El Estado
también pretende, por esa vía, reducir el papel de la mujer en el seno
de dicho movimiento.
En septiembre de 2015, todos los hombres, mujeres, niños y ancianos de
la aldea de Chindkhadak, en el distrito de Kondagaon, fueron apaleados
sin piedad durante dos horas. Los policías irrumpieron en las casas y
desataron el pánico. A las mujeres les arrancaron la ropa y se
comportaron de modo indecente.
El 11 de mayo de 2015, Maini Pungati, de la aldea de Udera, en la zona
de Etapalli, en Gadchiroli, fue detenida por la policía mientras
recolectaba flores de mahua en su parcela de tierra. La policía vejó a
esta mujer de mediana edad. Le arrancaron la blusa y luego se la
llevaron a la comisaria de Burgi. Los aldeanos se dirigieron hacia allí
de inmediato y consiguieron rescatarla.
En la zona de Dhanora, al principio del monzón, tuvo lugar el siguiente
incidente: la policía de Gadchiroli efectúa visitas por los pueblos con
personas especialmente elegidas en el marco de la campaña “Maharashtra
darshan” [“Mirar Maharashtra”, en hindi], cuyo propósito es que los
jóvenes no se unan a los naxalitas. En el transcurso de una de esas
visitas, secuestraron a varias estudiantes de séptimo año de
Goddalivahi. A dos de las adolescentes las retuvieron los policías
locales y las violaron, dejándolas ir más tarde. Una de las chicas cayó
gravemente enferma y murió a los dos días. La otra sufre graves secuelas
psicológicas.
En el mes de octubre de 2015 se produjeron tiroteos indiscriminados
contra las poblaciones de Peda Gelluru, Chinna Gelluru, Pegidepalli,
Gundam y otras aldeas. 40 mujeres fueron víctimas de las atrocidades
policiales. Cuatro mujeres fueron violadas, incluyendo una niña de 14
años y una mujer embarazada. A la mujer embarazada la ahogaron en un
estanque y luego la violaron. Las organizaciones de masas y los
demócratas protestaron por estos hechos. De no ser así, este incidente
se habría desvanecido en las tinieblas de la historia como muchos otros
actos violentos cometidos por la policía y las fuerzas paramilitares.
En un incidente acaecido en las aldeas de Kunna y Pedda el 4 de enero de
2015, una mujer que se negó a indicar el camino recibió una terrible
paliza. Más tarde entraron en el pueblo y golpearon a otras mujeres, a
quienes acosaron y despojaron de sus ropas. Nueve mujeres fueron
violadas en grupo.
Entre el 11 y el 15 de enero, la policía atacó las aldeas de Punnur,
Nendra y Gottd, desatando el pánico. Siete mujeres fueron violadas en
grupo. Numerosas mujeres fueron sometidas a malos tratos.
El 15 de julio de 2016, Rukni fue violada por un grupo de policías en la
aldea de Sunchikuna, bajo jurisdicción de la comisaría de policía de
Parsegarh, en el distrito de Bijapur. La llevaron a la comisaría
inconsciente. Más tarde la policía la hizo desaparecer.
Ataques a aldeas: destrucción, saqueos, detenciones, torturas
En la tercera fase de la Operación Green Hunt se están produciendo
operaciones de patrullaje y campaña en el curso de las cuales se llevan a
cabo ataques incluso contra pueblos del interior. Ni una sola aldea ha
quedado indemne. La policía entra en los pueblos como si se tratara de
países enemigos, como un ejército conquistador. Golpean a los niños, los
viejos y los jóvenes indiscriminadamente, los torturan y a las mujeres
las acosan y violan. Destruyen los aperos y las herramientas, saquean el
grano de las cosechas, arrasan los cultivos, roban el oro, el dinero,
las cabras, los cerdos, las gallinas, los huevos y la ropa. Detienen al
azar. No hay nada que las fuerzas policiales no se permitan. Las aldeas
quedan en completo estado de indefensión después de los ataques
policiales. Las gentes se ven obligadas a hacer inmediatamente un montón
de cosas, entre ellas, tratar a toda prisa de obtener la liberación de
sus familiares y amigos. Cualquier demora podría traducirse en su
muerte. Hay que curar a los heridos y calmar a los críos. Y todo ello
ante la falta de grano, sin aperos y con el hambre en los estómagos
vacíos de los niños: la situación de las madres es inimaginable. Son las
mujeres quienes tienen que ir a liberar a sus maridos. Cuando la
policía ataca una aldea, las familias y las gentes tardan mucho tiempo
en recuperarse física y mentalmente. Los constantes ataques los
destrozan aún más. Ni que decir tiene que las familias de los fallecidos
han de hacer frente a pérdidas irreparables.
Es fácil describir los actos violentos a que ha de hacer frente el
pueblo. Pero no es posible hacerlo cuando se trata de relatar sus
privaciones, sus heridas y su dolor.
Represión de reuniones y fiestas
El pueblo celebra muchas fiestas revolucionarias como el Bhumkal
divas[2], el Día de la creación de los Janathana Sarkars
revolucionarios, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer
Trabajadora, el 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, el 28
de julio, Día de los Mártires, el 21 de septiembre, Día de la fundación
de nuestro Partido, el 2 de diciembre, Día en que se creó el Ejército
Guerrillero de Liberación Popular y del llamamiento del movimiento
revolucionario. Hay mítines y manifestaciones en tales ocasiones. En un
intento de atemorizar al pueblo, la policía ha intensificado los ataques
y los falsos enfrentamientos coincidiendo con dichas celebraciones.
Bajo la dirección del movimiento revolucionario el pueblo está
rehaciendo su vida. De resultas de ello, cada año, entre el 10 de enero y
el 10 de febrero, el pueblo participa masivamente en el programa de
nivelación de tierras. A las clases explotadoras no les gusta que el
pueblo progrese y se desarrolle, puesto que su fuerza reside en
explotarlo, por ello tratan de hacer fracasar este programa. En la aldea
de Jojod, en el distrito de Bijapur, dispararon indiscriminadamente
contra los vecinos que tomaban parte en estas tareas. Cinco personas,
incluyendo una niña de 14 años, fueron asesinadas, y otra mujer resultó
gravemente herida. El mensaje está claro: el precio que el pueblo ha de
pagar por la nivelación de sus tierras es su propia sangre.
El 29 de julio de 2015, fue atacada la aldea de Nehadi. Los artistas de
Chetana Natya Manch, que participaban en los preparativos del Día de los
Mártires también fueron atacados. De hecho, mataron a Hemula Podiyal.
Al alterar estas actividades, se insultan y ofenden gravemente los
sentimientos del pueblo. Son muchos los hijos e hijas de la tierra de
Dandakaranya que se levantaron para liberar al mundo de las cadenas de
la explotación, entregando sus vidas en la lucha. Por ello, sus padres,
parientes y el pueblo en general desean celebrar la Semana de los
Mártires entre el 28 de julio y el 3 de agosto. Quieren escuchar las
historias de coraje y sacrificio en las canciones y en los relatos de
sus camaradas.
Durante la Semana del Ejército Guerrillero de Liberación Popular, que se
celebra cada año del 2 al 8 de diciembre, se repasan los éxitos y los
fracasos de la guerra popular durante el último año. Se deciden las
tareas inmediatas. El pueblo es parte directa o indirecta de todos y
cada uno de los éxitos de la guerra popular. Sus sacrificios también
forman parte de ella, de modo que hablar de tales éxitos significa
igualmente recordar sus sacrificios y los de sus hijos. Es por ello que
el Estado interviene con tan áspera crueldad en estas ocasiones tan
emotivas.
Mentiras y propaganda hostil
La guerra psicológica, como parte integrante de la guerra multiforme
declarada por el Estado, se basa en las mentiras y en la propaganda
hostil. No hay día que el Inspector General de Bastar, Sivaram Prasad
Kalluri, no lance una nueva mentira, participando de ese modo en la
manipulación propagandística hostil. Justifica las brutales acciones
represivas de sus tropas. Trata de vilipendiar al movimiento
revolucionario. Describe los incidentes en que son torturadas y
asesinadas personas indefensas como enfrentamientos. Cuando algún
policía cae herido o muerto en un enfrentamiento con las fuerzas
guerrilleras y la guerrilla no sufre bajas, se difunde la especie de que
entre los maoístas ha habido muchas víctimas. La mayoría de las
rendiciones de que informa la policía también son falsas. Se obliga a
“rendirse” a personas cogidas a lazo que asisten a los mercadillos
semanales o que esperan el autobús o el tren, haciéndoles pasar por
guerrilleros. Se les fuerza a propagar las mentiras que el gobierno y la
policía desean hacer creer. Se divulgan supuestas diferencias entre los
dirigentes del Partido, divisiones entre los cuadros telugus y koyas,
entre los cuadros locales y de fuera, se dice que las operaciones de
planificación familiar son forzadas y otras muchas mentiras flagrantes.
El Superintendente de Policía del distrito de Gadchiroli, Sandeep Patil, somete a terribles torturas a los campesinos. Estas torturas recuerdan a las de los razakars de las luchas de otro tiempo en Telangana. De marzo a junio de 2016, cerca de cuatrocientos campesinos fueron cruelmente golpeados y rociadas sus heridas con sal y guindilla en polvo. A los más jóvenes los ataron con cuerdas por los hombros y los arrastraron por el camino. En Thodgatta a un campesino le descoyuntaron las piernas: por falta de movilidad ya no puede valerse de ellas. La policía no tolera que nadie vaya por la jungla con un cayado. Si ven a alguien haciendo sus necesidades, la policía lo toma por maoísta y lo tortura.
A los campesinos de Kandala (Aheri) y Bhatmalani (Tipragarh), en el
mismo distrito, les dispararon y aterrorizaron mientras cazaban. En la
zona de Kasamsur, mataron a golpes a un campesino porque no había oído a
la policía. De hecho, era sordo de nacimiento. Pero la policía no hace
distingos con cosas así.
En el ámbito de la manipulación propagandística, se difundió en
diciembre de 2015 que los maoístas habían asesinado a un niño de cuatro
meses. Se organizaron una manifestación y un mitin de protesta en
Jagadalpur. En realidad, el niño murió por asfixia al caer del regazo de
su madre, que se encontraba en estado de ebriedad.
En Abujmarh, el Inspector Jefe de Policía, Kalluri, anunció a bombo y
platillo que 20 miembros de las tribus habían sido asesinados en 15
días. Apenas dos días más tarde, nada menos que sus propios funcionarios
de policía desmintieron tales declaraciones. Las mentiras de Kalluri
han quedado al desnudo después de lo que dijo sobre el ataque con ácido a
Soni Sodi. Llegó a afirmar que sus familiares estaban implicados en
este ataque e incluso trató de detenerlos. Más tarde sostuvo que tanto
Umar Khalid, un estudiante de la Jawaharlal Nehru University, detenido
por sedición, como los maoístas estaban también involucrados. Soni Sodi,
sin embargo, afirmó taxativamente que Kalluri estaba implicado en este
ataque. Los demócratas y las organizaciones de masas que se oponen a la
violencia del Estado son tildados de maoístas y de pertenecer a
organizaciones frentistas de los maoístas. Por medio de estas mentiras y
manipulaciones tratan de alejar al pueblo del movimiento
revolucionario.
Formación de organizaciones antirrevolucionarias y fascistas
A pesar de los cientos de miles de militares, paramilitares y policías
de que disponen para la represión, el gobierno central y los gobiernos
de los distintos estados fomentan la formación de organizaciones
fascistas y ejércitos privados de mercenarios. Fueron ellos los que
perpetraron masacres como la de Janajagarana, ejecutada por los
mercenarios del grupo Salva Judum [“Marcha por la paz”, en hindi]. Ahora
pretenden poner en marcha una reedición del Salva Judum. Con tal
propósito, están formando plataformas unitarias como Samajik (de
organizaciones afectadas por el naxalismo), Mahila, y otras bandas
reaccionarias, integradas por mercenarios del antiguo Salva Judum,
elementos antisociales, antipopulares y quienes fueron castigados por el
movimiento. Su objetivo son los demócratas que se oponen a la violencia
estatal. El programa de estas organizaciones consiste en celebrar
manifestaciones y mítines y propagar mentiras sobre el movimiento
revolucionario.
So pretexto de oponerse a la violencia naxalita, la Samajik Ektha Manch
[“Plataforma Social Unitaria”, en hindi] promovió una “manifestación de
protesta” y un mitin que tuvieron lugar el 22 de diciembre de 2015 en
Jagadalpur. Bajo amenazas y por la fuerzas se obligó a participar en
dichos actos a gente corriente y a escolares.
Desde 2014, intelectuales del gobierno como los catedráticos Arvind
Solni y Milind Thudse, o Srikanth Bhovthe, Datta Sirke, Indrajith Rokte,
Prasanth Mahalle y otros, auspiciados por el gobierno de Maharashtra,
han empezaron a oponerse a las actividades revolucionarias. Se dedican a
actividades como organizar a quienes fueron castigados por la guerrilla
en los tribunales populares, a participar en huelgas de hambre, a
fomentar la participación popular en las elecciones, a organizar marchas
“por la paz” en contra de la violencia maoísta en Bastar o a animar a
la gente a que contribuya gratuitamente con su trabajo a la construcción
de caminos y sistemas de alcantarillado. La policía apoya totalmente
estas actividades. Desde el año 2015 una organización llamada Bhoomkal
está consagrada a la propaganda antirrevolucionaria. Como la policía es
incapaz de encontrar miembros suficientes para estas organizaciones en
las zonas de combate, los recluta en Chandrapur, Nagpur, Mumbai y otras
ciudades similares.
Mientras el pueblo exige que se cumpla la Ley de Extensión de las
Comunidades a las Áreas Programadas [PESA[3], en sus siglas en inglés]
en las zonas del quinto programa, la policía hace oídos sordos. Además
se dedica a difundir el rumor de que tal exigencia está instigada por
los maoístas. La policía ha ordenado organizar Gram Sabhas[4] en las
aldeas siguiendo sus propias instrucciones. Por otra parte, Suresh
Barsagade, que está desarrollando actividades en la comarca de Etapalli
con el apoyo de la policía, a cuenta de Jan Hithvadi Manch, pretende
engañar al pueblo diciendo que la PESA se aplicará de acuerdo con las
enmiendas del gobernador. Swajan, una organización patrocinada por
Suiza, está llevando a cabo programas que fomentan leyes como la PESA en
la zona de Bhamragarh, con el objetivo de despertar la conciencia de
las gentes.
Cabe recordar que también Hitler creó organizaciones parecidas para
matar comunistas, judíos, y liquidar a las organizaciones obreras y a la
oposición. Está claro que en nuestro país la burocracia fascista se
oculta tras el velo de la democracia.
Férrea mordaza contra la libertad de expresión
La extensión de la violencia estatal contra los pueblos tribales y no
tribales de Dandakaranya pretende extender la ley del silencio. El
Estado no tolera que el pueblo hable e intenta acallar las voces de
protesta. De ese modo, ataca a las organizaciones democráticas, a los
demócratas, a los periodistas y a los partidos de oposición por medio de
la policía y de las organizaciones que subvenciona. Un número
indeterminado de mercenarios dirigidos por el gobierno y la policía, por
ejemplo, atacó la casa de Soni Sodi. Colgaron carteles en los que se le
conminaba a no acercarse a Bijapur. Recientemente le arrojaron ácido a
la cara. A personas como Eesa Khandelwal, Paarijatha Bharadwaj y Saalini
Gera, abogadas, y a activistas de organizaciones de voluntariado y
sociales, como Bela Bhatia, que prestan asistencia legal gratuita a los
miembros de las tribus a través del Grupo de Ayuda Legal de Jagadalpur,
los han amenazado y atacado. También han asaltado sus casas. A los
propietarios de sus viviendas les han amenazado con echarlos de sus
casas alquiladas. Mahila Ektha Manch organizó una manifestación contra
la catedrática Nandini Sundar, que había presentado una demanda en la
Corte Suprema contra Samajik Ektha Manch. La quemaron en efigie. El
Colegio de Abogados de Jagadalpur negó su apoyo a los activistas legales
de los pueblos tribales. Resulta lamentable que el Colegio de Abogados,
que debería ayudar a proteger la justicia, los derechos democráticos y
otros valores semejantes, sea tan injusto y antidemocrático.
Los medios de comunicación se enfrentan a la amenaza de cuantiosas sanciones en un intento de evitar, de ese modo, que arrojen luz sobre la represión contra el pueblo. Cabe recordar que el antiguo Superintendente de Policía ordenó en su día por radio, en tiempos del Salva Judum, dar muerte a cualquier reportero que se dirigiera a las zonas del interior para recabar información. Así, resultaron detenidos Somaru Nag, Santosh Yadav, Prabhath Singh, Deepak Jayaswal y otros periodistas a quienes se aplicó la Ley de Prevención de Actividades Ilegales [UAPA, en sus siglas en inglés] y se encarceló posteriormente. Los mercenarios de la Samajik Ektha Manch han atacado y vejado a Malini Subrahmanyam, periodista independiente que ha trabajado en Jagadalpur en estos últimos cinco años, y que se ha visto obligada a marcharse de dicha ciudad.
El conocido corresponsal de la BBC Alok Putul, que se desplazó a
Jagadalpur para conocer los hechos que rodeaban el falso enfrentamiento
de Adamal, recibió amenazas. Samajik Ektha Manch organizó una
manifestación contra él. Alok Putul tuvo que abandonar Jagadalpur y huir
a Raipur para salvar la vida.
También han proscrito a los dirigentes y militantes del Partido del
Congreso que critican la represión contra el pueblo, lo que pone de
relieve la actitud fascista de la represión estatal. El Partido del
Congreso convocó una manifestación bajo el lema “Lokthanthr Bachao”
[“Proteger la democracia”, en hindi] el 16 de febrero en Bastar. En las
condiciones reinantes en Bastar, el Partido del Congreso no ha podido
menos de adoptar este tipo de acciones. La policía golpeó a los
manifestantes. Muchos de ellos resultaron gravemente heridos. La policía
acosa a los dirigentes y militantes del Partido del Congreso que
critican la represión policial. A esos dirigentes les han retirado la
protección policial.
Mientras tanto, la dirigente del Partido Aam Aadmi [Partido del “Hombre
Corriente”, en hindi], Soni Sori, convocó una marcha del 9 al 15 de
agosto bajo el lema Kranthi Yathra en Bastar. Durante la gira intentó
dar a conocer las atrocidades que comete la policía contra las mujeres y
los campesinos de Bastar. La policía la estuvo persiguiendo durante una
semana.
La organización Bharath Jan Andolan ha trabajado en el distrito de
Gadchiroli los últimos veinte años. Fue el difunto BD Sharma quien animó
a su creación. En un principio la organización limitó sus actividades
al distrito de Dhanora, si bien posteriormente las extendió a otros
distritos. Aunque los estudiantes exigen la aplicación de la PESA y se
involucran en diversas organizaciones de voluntariado, la policía ha
puesto en su punto de mira especialmente a Bharath Jan Andolan, a
quienes persigue y tacha de maoístas. El famoso Dr. Prakash Aamte, que
ha servido al pueblo en los ámbitos de la educación y de la medicina
durante los últimos cuatro decenios, también se ha convertido en un
objetivo de la criminalización policial. Del mismo modo, la policía ha
acusado de simpatizar con los maoístas y no ha parado de acosar a Abhay
Bang y Rani Bang, trabajadores ambos en el campo de la medicina en la
comarca de Dhanora durante los últimos 30 años, además de a otros muchos
médicos, profesores, periodistas, enfermeros, cargos comunitarios, etc.
Leyes crueles, penas rigurosas
El Estado dice que cualquier persona debe ser tratada con arreglo a la
ley. Pero él mismo nunca se somete a sus propias leyes: falsos
enfrentamientos, todo tipo de atrocidades, detenciones simuladas,
torturas, ataques a aldeas… la ley jamás se cumple. Por un lado, el
Estado viola las leyes y, por el otro, cuando le conviene, emplea dichas
leyes para reprimir: ahí están la UAPA, la Ley de Seguridad Especial de
Chhattisgarh del año 2005, la Ley de Control del Crimen Organizado de
Maharashtra [MACOCA, en sus siglas en inglés] y otras leyes igual de
crueles e injustas. Al amparo de estas leyes, el gobierno encarceló a
cientos de personas y de revolucionarios en Chhattisgarh y Maharashtra.
Los tribunales dictan rigurosas penas de cárcel contra todos aquellos a
quienes la policía detiene bajo la acusación de ser maoístas, lo que
pone de manifiesto, una vez más, la mentira de la independencia del
sistema judicial: en realidad, los departamentos administrativo,
judicial y policial son uno y el mismo.
La camarada Nirmala fue encarcelada tras la celebración de juicio en la
prisión central de Jagadalpur, a mediados de 2007. Ya ha sido absuelta
de más de 150 acusaciones. Aun así, recaen sobre ella nuevas denuncias
falsas que la mantienen en prisión. Tal vez nadie en la historia haya
sido acusado judicialmente tantas veces, sobre todo tratándose de una
mujer.
A la camarada Padma, que se encuentra en la misma cárcel, la han puesto
en libertad tres veces hasta la fecha. Sin embargo, en cada una de esas
ocasiones, la han vuelto a detener frente a la puerta de la cárcel,
acusada de nuevos delitos.
Madakam Gopanna corre la misma suerte. Absuelto de todos los cargos tras
pasar nueve años en prisión, fue detenido otra vez e imputado bajo
nuevas acusaciones.
La camarada Malathi se encuentra en la cárcel central de Raipur desde
enero de 2008: ha pasado en prisión diez años acusada con pruebas falsas
por el caso CD (¿?). También estaba condenada a siete años por tenencia
de armas. La sentencia judicial dice que ambas penas no son
acumulativas. No obstante, la segunda se ha sumado a la primera. El
gobierno está haciendo todo lo posible para que no salga de la cárcel.
Angela Sontake completó su condena en la prisión de Mumbai en Maharashtra, pero ha sido imputada en nuevas causas.
Los presos malviven hacinados en las cárceles de Chhattisgarh y
Maharashtra. En ellas hay carencia de alimentos adecuados, faltan
infraestructuras de todo tipo, son frecuentes los problemas de salud y
la tensión psicológica producida por las condiciones de la reclusión.
Además se maltrata a los presos que, muchos de ellos, mueren antes de
cumplir condena. Asimismo, el retraso en la celebración de los juicios
provoca que muchos estén años y años en situación de preventivos. Se
violan escandalosamente todos los derechos de los prisioneros.
Muchos revolucionarios y campesinos languidecen durante años en las
cárceles de Mumbai, Nagpur, Chandrapur y Yavathmal en Maharashtra. Hay
más de diez personas condenadas a cadena perpetua por denuncias falsas.
Los camaradas Duga, Manas y otros revolucionarios siguen en prisión. Los
campesinos de Kamalapur, Challevada, Rajaram y otras aldeas detenidos
durante la conferencia de Kamalapur para impedir su celebración, siguen a
la espera de juicio.
Los efectos de la represión en la vida del pueblo
No es fácil explicar hasta qué punto afecta la represión a la vida del
pueblo. Debido a la acción represiva, la vida económica, política,
social y cultural de las gentes se está apagando. Las familias que
perdieron a alguno de sus miembros no podrán jamás recuperarse del todo.
Se producen heridas incurables en los sometidos a torturas y penas de
cárcel. No es sólo la distancia física y el pesar psicológico lo que
afecta a las familias de los presos. Se trata también del perjuicio
económico. Las familias se ven obligadas a malbaratar su ganado y sus
tierras para costear una justicia que es, por otro lado, un espejismo.
Se ven obligadas a pedir dinero prestado. Por su parte, el efecto de la
pérdida de casas, cultivos y otras propiedades en los ataques es a largo
plazo.
La vida cotidiana resulta también gravemente afectada. Las gentes, sean
pueblos tribales o no, dependen tanto del bosque como de la agricultura.
Sin embargo, debido a las frecuentes rondas y ataques de las fuerzas
armadas del gobierno, al aumento de la presencia policial y a la
construcción de campamentos militares en las aldeas, medidas todas ellas
de control sobre el terreno, no hay aldea, casa, tierra o bosque que
sea seguro para el pueblo. La inseguridad los persigue. De ese modo,
tanto la agricultura como el aprovechamiento de productos de la jungla
se ven afectados. Debido a la atmósfera de inseguridad en los pueblos,
la gente, en especial los jóvenes, se ve obligada a emigrar para buscar
trabajo. Los dueños de los inmensos recursos de los bosques, los hijos
de la jungla, se ven obligados a ir a lugares desconocidos a vivir como
esclavos.
Las gentes dependen principalmente del bosque y de la tierra en su vida
cotidiana y acuden a los mercados semanales para comprar sal, cebollas y
otros productos similares que necesitan. Debido a las patrullas y las
medidas de seguridad sobre el terreno, la gente tiene miedo de ir al
mercado. Como la policía también ataca los mercados semanales, éstos no
siempre se celebran con regularidad. Al mismo tiempo, al no tener la
gente mucha capacidad de consumo, una semana sin mercado les crea
incomodidades para poder hacer frente a sus necesidades básicas, en
especial, el acceso a la sal.
Los habitantes de Dandakaranya dependen sobre todo de los productos
tradicionales y de los médicos locales para su salud. Sólo acuden a los
hospitales de las ciudades cercanas cuando se trata de enfermedades
graves. En las aldeas donde funcionan los Janathana Sarkars
revolucionarios, el pueblo recibe un tratamiento relativamente mejor.
Ahora, debido a la represión, los Janathana Sarkars se enfrentan a
mayores dificultades y ha crecido el miedo a acudir a los hospitales
incluso para las enfermedades graves.
La misma situación se produce en el ámbito de la educación. No hay
escuelas en las zonas del interior. Y aun cuando hubiera escuelas, no
hay maestros. Así que la alfabetización en las áreas selváticas no
existe. Aunque los Janathana Sarkars ponen en funcionamiento escuelas
para revertir esta situación, el Estado las destruye, asesina a los
maestros y priva a los niños de educación. Algunos muchachos que van a
las ciudades cercanas desde las zonas del interior no resisten el acoso
policial y dejan los estudios.
Algunas escuelas de aldea han sido transformadas en cuarteles policiales
y militares. La Corte Suprema ordenó que la policía desalojara dichos
colegios en enero de 2011. El gobierno estatal solicitó cuatro meses
para poner en práctica la medida de la Corte Suprema, pero hace ya más
de cuatro años de aquella decisión, y la policía sigue sin abandonar los
centros escolares. Todo ello afecta gravemente a los estudios de los
niños, en especial a las niñas.
El ocio, las bodas, los funerales, las ceremonias, las festividades y
todo tipo de actos sociales se ven afectados, perturbando, de esa
manera, las tradiciones culturales del pueblo.
Forzados a arrancarse los ojos con sus propias manos
Por un lado, el Estado desata una violencia ilimitada que altera la vida
familiar y social del pueblo en la zona del movimiento revolucionario.
Por otra parte, el propio Estado crea las condiciones para la violencia y
los instrumentos de violencia, convulsionando así la vida social y
familiar. Algunas personas se ven obligadas a convertirse en soplones y
colaboradores de la policía por medio de amenazas y promesas. La policía
o los Grupos de Reserva de Distrito reclutan a muchas de las personas
que se rinden. Los jóvenes desempleados y con poca formación sólo
encuentran trabajo en las fuerzas armadas. El gobierno anunció la
formación de cuatro batallones en Chhattisgarh, en cuyas filas habrá
tres mil adivasis. La mayoría de las personas que forman parte ahora de
la elite política se enfrentan abiertamente a los miembros de sus
familias que consiguen tales trabajos. Todo ello provoca divisiones en
las familias, entre parientes y vecinos, y en las aldeas. La
incomprensión no deja de crecer. Resulta increíble que haya padres que
hayan pedido matar a sus propios hijos que, convertidos en traidores, se
dedican a damnificar al pueblo. Así es cómo las clases dominantes
explotadoras trastornan las relaciones familiares y sociales en pro de
sus intereses.
Las masas revolucionarias protestan contra la represión
Las masas revolucionarias de Dandakaranya han demostrado una vez más la
verdad histórica de que la represión lleva a la resistencia. Hacen
frente valientemente a la represión y apoyan al Ejército Guerrillero de
Liberación Popular que protege el movimiento revolucionario a costa de
innumerables sacrificios. Las clases dominantes sueñan con alejar al
pueblo del movimiento revolucionario por medio de la amenaza de la
represión. Sin embargo, lo que está haciendo la represión es templar al
pueblo. Las mujeres tienen un papel más activo en la resistencia. La
rutina diaria de la policía consiste en atacar las aldeas, golpear a
quienes se cruzan con ellos o detenerlos. A quienes detienen, los
asesinan so capa de supuestos enfrentamientos, los encarcelan bajo
acusaciones falsas o los convierten en informadores por miedo a las
amenazas. Pero en muchas ocasiones, la gente, y en especial las mujeres,
persiguen a la policía, los bloquean y consiguen liberar a sus maridos.
Si la policía no los deja libres, van a las comisarías y campamentos y
luchan. El pueblo recoge los cuerpos de sus muertos a tiros y prepara
sus exequias. He aquí algunos casos.
A Kovasi Kosa, de Chinthaguppa, le asesinaron mientras recogía mahua el
31 de marzo de 2015. De nuevo difundieron el cuento archisabido de un
supuesto enfrentamiento. La gente que le conocía fue a Sukuma a
protestar. La mayoría de los manifestantes eran mujeres. Más tarde,
llevaron el cadáver a Chinthaguppa, lo pusieron delante de la comisaría y
organizaron un escrache. Las mujeres enfurecidas se abalanzaron sobre
la policía con palos y piedras. Dos policías resultaron heridos.
El mismo día, la policía de Dornapal atacó el pueblo de Burakapal, en la zona Jegurugonda, y detuvo a nueve aldeanos que pescaban. 90 mujeres fueron a Dornapal, se enfrentaron a la policía y llevaron a sus maridos de vuelta a casa.
El 12 de julio de 2015, la policía de Pamed, en Bastar del Sur, rodeó la
aldea de Dharmaram y golpeó indiscriminadamente a 18 vecinos. Más
tarde, los detuvieron, entraron en sus casas y se dedicaron a saquear
sus propiedades. Decenas de mujeres, hartas de los excesos de la
policía, se unieron y les hicieron frente con lo que tenían a mano, como
palos y piedras.
Más arriba hemos dado detalles de cómo la policía había matado a un
artista, a Hemula Podiyal, al disparar indiscriminadamente contra los
miembros del grupo Chethana Natya Manch, en el curso del asalto a la
aldea de Nehadi el 29 de julio de 2015. La policía se llevó su cuerpo y
detuvo a los otros 19 artistas. En ese momento los muchachos del pueblo,
pequeños y mayores, se unieron y trataron de parar a la policía. La
policía, que no podía tolerarlo, cargó contra el pueblo. En los
disturbios, 45 mujeres resultaron gravemente heridas. No obstante la
resistencia popular, la policía se llevó a los artistas. Aun así, los
vecinos no se arredraron a pesar de los golpes. Alrededor de 300
personas siguieron a la policía hasta Dantewada y, finalmente,
consiguieron que los pusieran en libertad.
En agosto de 2015, la policía de los cuarteles de Basaguda-Sarkenguda
salió de patrulla, rodeó la aldea de Gundam, detuvo a 17 campesinos y se
los llevó al campamento de Basaguda. Casi 200 mujeres y 14 hombres
rodearon el campamento y lograron llevarse a sus familiares y amigos con
ellos.
La policía atacó el mercado semanal de Chinthalnar el 5 de agosto de
2015 y comenzó a hostigar a muchos aldeanos de Surpanguda, Morpalli,
Silinger y Peda Bodkal. A la vista de lo que estaba sucediendo, las
mujeres que estaban en el mercado se organizaron y se enfrentaron a la
policía. Rodearon la comisaría y comenzaron a protestar. Menos a cinco
personas, la policía tuvo que liberar a todos los detenidos.
Del mismo modo, en la segunda semana de agosto de 2015, la policía atacó
la aldea de Mapad y detuvo a 18 personas. El pueblo organizó un
escrache en la comisaría durante 48 horas y consiguió liberarlos.
El 21 de septiembre de 2015, cerca de diez mil personas de un centenar
de aldeas se reunieron en el centro de la comarca para condenar la
muerte a tiros de Birusu Aathram, del pueblo de Gattepalli, en la
comarca de Etapalli, distrito de Gadchiroli. Ya antes se había celebrado
otra manifestación en la misma ciudad el 19 de mayo. Más de diez mil
hombres y mujeres participaron en una manifestación de protesta por la
sevicia con que los Comandos trataron el 11 de mayo a Maini Pungati, de
la aldea de Udera. Presentaron un memorándum al Jefe de Policía Nalvade
en que condenaban las atrocidades policiales contra las mujeres y
exigían acciones contra los culpables. El 10 de febrero de 2016, quince
mil personas participaron en la gran manifestación que se celebró en la
ciudad de Etapalli para condenar las atrocidades policiales y en contra
de los desplazamientos forzosos. A excepción de los miembros comunales
del Baratiya Janata Party [BJP, “Partido Popular Indio”, en hindi] y de
la coalición [hinduista] Sangh Parivar, todos los sectores de la
población y diversos partidos políticos tomaron parte en la
manifestación.
El 30 de septiembre de 2015, la policía de Telangana-Chhattisgarh atacó
las aldeas de Tettemadugu, Dormangum y Pusuguda, en la zona de Kishtaram
de la región de Bastar del Sur. Detuvo a 21 personas y las encerró en
los calabozos de la comisaría de policía de Edurallapalli. 82 mujeres
persiguieron a la policía, rodearon la comisaría y consiguieron liberar a
los arrestados.
La policía cargó contra la multitud en el mercado semanal de Palnar, en
la región de Darbha. Cerca de mil personas, entre ellas el alcalde,
profesores y comerciantes, se manifestaron frente a la comisaría. Dos
agentes fueron suspendidos de empleo y sueldo en un intento de lavar la
cara a la policía.
En la misma región, cinco aldeanos de Gudra Khankipara fueron detenidos y
llevados a Kuvakunda. Miles de personas de 27 consejos locales
diferentes rodearon la comisaría en protesta por las detenciones,
blandiendo sus armas tradicionales y exigiendo la liberación o el
procesamiento formal de los aldeanos.
Sodi Ramesh, de Surpanguda, en la zona de Jegurogonda, fue detenido
mientras se dirigía a visitar a sus parientes el 14 de octubre de 2015 y
llevado a la comisaría de Narsapuram. Lo torturaron. Tan pronto como
tuvieron conocimiento de estos hechos, 120 mujeres y 70 hombres rodearon
el cuartel y consiguieron liberar a Ramesh.
El 7 de noviembre de 2015 fuerzas de la CRPF, los Comandos COBRA y los
DRG de los campamentos de Dornapal, Misma, Kerlapal, Pulbagadi,
Ramavaram y Gadiras atacaron simultáneamente las aldeas de cuatro
consejos en la zona de Kerlapal. Golpearon a muchas personas, redujeron a
escombros los monumentos a los mártires y destruyeron todo lo que
encontraron a su paso. Los pelotones de la milicia de las aldeas
hicieron frente al ataque con sus armas tradicionales y la policía
terminó huyendo.
El 19 de noviembre de 2015, Thathi Sohan, estudiante de octavo en
Cherpal, en el distrito de Bijapur, fue golpeado salvajemente mientras
iba camino de su pueblo natal, Saavnaar. El muchacho comenzó a sangrar
por los oídos y la boca y cayó inconsciente. Se produjo una gran
protesta por este incidente. Los 550 estudiantes de su escuela
boicotearon las clases. El 2 de diciembre de 2015, los estudiantes
participaron en una gran manifestación de repulsa.
La policía atacó la aldea de Kadiyametta, en el distrito de Kondagaon,
en Bastar Oriental, el 1 de noviembre de 2015 y trató de llevarse a 22
aldeanos. Las mujeres desbarataron valientemente los planes de la
policía. Los rodearon y se enfrentaron con las fuerzas de los DRG
durante una hora, tras lo cual la policía tuvo que soltar a los
detenidos.
La policía detuvo a nueve aldeanos el 17 de noviembre de 2015 en la
aldea Raynar, en la región de Maad y los condujo a la comisaría de
Orcha. Las mujeres se organizaron rápidamente y persiguieron a la
policía hasta el cuartel. Allí realizaron una manifestación y lograron
que sus hombres fueran liberados.
El 8 de marzo de 2016 hubo una gran manifestación, en la que
participaron unas 40 mil personas, para protestar contra las atrocidades
policiales cometidas contra las mujeres en las zonas de combate de los
distritos de Sukma, Dantewada y Bijapur. Varias organizaciones sociales y
de la mujer, así como el Partido del Congreso, organizaron
conjuntamente la manifestación. Entre los lemas que se pudieron escuchar
durante la marcha cabe destacar los siguientes: “Castigo para los
policías que cometen atrocidades”, “Hay que echar al Inspector General
de Policía Kalluri, asesino de adivasis” y “No más represión policial en
Bastar”.
Estudiantes de Bijapur y sus padres informaron a la prensa del asalto
policial a la residencia de chicas y de la insolencia y atrevimiento de
la policía con ellas.
La organización Sarv Samaj organizó una huelga en Bastar el 16 de julio
de 2016 contra las atrocidades y matanzas de mujeres en Dandakaranya,
junto con Madakam Idime. En esta ocasión los manifestantes presentaron
doce puntos, entre los que figuraba la suspensión de Kalluri, Inspector
General de Policía. Varias organizaciones de masas, partidos y
sindicatos expresaron igualmente su solidaridad con esta huelga.
La resistencia popular no se produce sólo para salvar la propia
existencia y los recursos de estas gentes. También es para proteger el
futuro del país y del mundo entero. Así que el deber del pueblo, del
país y del mundo es apoyar a estas personas.
Unámonos todos en contra de la guerra contra el pueblo
¡Queridos camaradas! ¡Querido Pueblo!
Las muy minoritarias clases dominantes y explotadoras han desencadenado
una guerra injusta: la operación Green Hunt y la Misión-2016 contra el
pueblo de Dandakaranya en su conjunto. Es una tarea histórica extender
la agitación por todo el país para hacer frente a dicha guerra. Todo el
mundo conoce el terror que provocó la campaña militar fascista del Salva
Judum entre 2005 y 2009. El movimiento revolucionario se enfrentó a
ello con las tácticas políticas, organizativas y militares adecuadas.
Además de la resistencia del Ejército Guerrillero de Liberación Popular,
la agitación popular y la firmeza y determinación de intelectuales
democráticos, artistas, periodistas, historiadores, estudiantes y
patriotas del país y del mundo entero permitió derrotar al Salva Judum.
Con la experiencia de la derrota del Salva Judum, el pueblo de
Dandakaranya está realizando innumerables sacrificios y enfrentándose a
la campaña Green Hunt con gran valentía. El pueblo necesita más
solidaridad.
Los Janathana Sarkars revolucionarios están poniendo en práctica un
auténtico modelo de desarrollo para la mayoría del pueblo, un modelo de
desarrollo que protege el futuro de las generaciones futuras y sus
recursos naturales y minerales, además del medioambiente del país. Por
ello es necesario proteger a los Janatana Sarkars revolucionarios y, por
lo tanto, organizar protestas contra la masacre que se está produciendo
en Dandakaranya. Es necesario oponerse a la propuesta de ataques aéreos
y ataques con bombas.
¡Adelante, pues, marchemos todos unidos!
– ¡Protestemos contra la cruel represión militar, la operación
Green Hunt organizada contra el pueblo y el movimiento revolucionario!
– ¡Alcemos la voz contra la Misión-2016 que se desarrolla en Dandakaranya, especialmente en Bastar!
– ¡Exijamos la retirada de la decisión de realizar ataques aéreos en las zonas de combate!
– ¡Construyamos un amplio movimiento militante, secular y de masas contra el fascismo nacionalista e hinduista!
***
[1] Canciones del folclore telugu. [Nota de los traductores]
[2] En recuerdo del levantamiento de 1910 de los pueblos tribales contra la dominación británica. [N. de los t.]
[3] Dicha ley, de 1996, pretende fomentar el autogobierno de las comunidades o Gram Sabhas en una serie de áreas programadas de la India. [N. de los t.]
[4] Las Gram Sabhas, fundamento del sistema de Panchayati Raj, se componen de todos los adultos de la localidad. [N. de los t.]
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