El Gobierno de la ciudad de Ningbo, al este de China, ha descartado ampliar una planta petroquímica del gigante estatal Sinopec en este municipio, después de una semana de masivas protestas ciudadanas contra este proyecto en las que participaron miles de personas y que el fin de semana se tornaron violentas. Las autoridades municipales confirmaron a Efe la paralización del citado proyecto, una decisión que también anuncian en su página web oficial. "El Gobierno y el Partido escuchan la voz de los ciudadanos y han tomado la decisión por el bien de la población", indica la información publicada en su página en internet.
Las protestas contra la ampliación de la planta petroquímica en Ningbo
arreciaron el fin de semana con miles de manifestantes y enfrentamientos
entre ellos y grupos antidisturbios, según informó la prensa
independiente. Según el diario South China Morning Post, miles
de personas se concentraron ante la sede el gobierno local y en la plaza
central de la ciudad para protestar por la polución en la petroquímica,
que fabrica 500.000 toneladas de paraxileno, un derivado del petróleo
que puede dañar el sistema nervioso, el hígado y los riñones.
Tras su anuncio, el gobierno municipal espera que "vuelva el orden
social" para que haya un "ambiente bueno para el desarrollo social y
económico de Ningbo, y la mejora del medio ambiente", según indican en
su página web.
El gobierno local (cuyo alcalde, Liu Qi, trabajó en el pasado en el sector petroquímico, uno de los principales motores económicos de la ciudad) aseguró el fin de semana que este temor se basaba en falsos rumores que han circulado en las redes sociales de internet, y afirmó entonces que los planes de expansión de la planta continuarían pese a todo. Los manifestantes corearon eslóganes como "preferimos morir apaleados antes que envenenados" y algunos de ellos protagonizaron peleas contra los efectivos policiales, que bloquearon algunas avenidas para dificultar la concentración. También se denunció la censura de algunas fotos de las manifestaciones que algunos participantes intentaron publicar a través de las redes sociales.
La ampliación de la planta de Sinopec suponía una inversión de 55.900 millones de yuanes (6.850 millones de euros), y con ella las autoridades de Ningbo querían consolidar el liderazgo local en la producción petroquímica nacional.En los últimos años ha aumentado la sensibilidad de la sociedad china hacia los graves problemas medioambientales que en el país ha producido su rápida y a veces incontrolada industrialización, lo que se ha traducido en una multiplicación de las protestas contra la instalación de nuevas fábricas o centrales en algunas ciudades
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