Para restablecer el orden social, varios policías indios no se detienen ante nada y sus métodos traspasan los limites de la violencia más cruel, haciendo temblar de miedo a los ciudadanos a quienes deberían proteger.
En la India la mano dura de la justicia significa solo eso. La brutalidad de la policía a menudo se justifica como un mal necesario para mantener la ley y el orden.
Comenta el asunto Tarún Tejpal, editor de la revista Tehelka: "En la India viven 200 millones de personas que poco a poco mejoran su nivel de vida pero también tenemos unos 700 o 800 millones cuyo nivel de pobreza es peor que la del África subsahariana. La brutalidad policial es tan solo un síntoma de esta naturaleza desigual de la India".
Se considera que las fuerzas policiales indias están mal repartidas, mal equipadas y scon una densidad de un oficial por cada mil personas, un tercio del promedio mundial.
Sin embargo, el uniforme sigue siendo un símbolo del poder y gozan de mhcho prestigio los empleos gubernamentales en la policía. No obstante, la reputación se pierde rápido cuando los agentes policiales violan la ley para conseguir resultados, cometiendo homicidios extrajudiciales conocidos como “falsos encuentros”.
Así, por ejemplo, Tehelka hace poco provocó una ola de reacciones al publicar fotos de lo que, según afirman los autores, era la ejecución de un ex militante detenido por la policía en un bazar, llevado a una farmacia, y muerto allí.
Kirán Bedi, que ocupó uno de los cargos más altos de la policía antes de retirarse en 2007, cree que los oficiales están presionados por los resultados que se les exigen, y estos “encuentros” son una solución rápida.
“Supongamos que en diez casos ellos eliminan a seis bandidos. Pero también eliminan a cuatro más para obtener premios, reconocimiento y promociones extraordinarias”, aseguró ella.
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